El Meeting de Rímini vuelve a Egipto, a El Cairo. La ocasión ha sido un nuevo encuentro, después del de octubre de 2018, con el Gran Imán de Al Azhar, Ahmad al Tayyeb, que ha recibido a una delegación formada por la presidenta Emilia Guarnieri, Marco Aluigi, Wael Farouq, Andrea Simoncini, Roberto Fontolan y Luca Fiore. La invitación por parte de la mayor autoridad religiosa del mundo suní llega después de que en la última edición del Meeting participara Nazir Ayyad, secretario general de la academia de investigación de la institución islámica.

Emilia Guarnieri agradeció la oportunidad de poder continuar este diálogo, especialmente a la luz del encuentro de Abu Dabi entre el Gran Imán y el papa Francisco, y la firma del documento sobre la Fraternidad humana, por la paz mundial y la convivencia común. De hecho, afirma dicha declaración que «Al Azhar y la Iglesia católica declaran asumir la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio». Estas tres dimensiones, señaló Guarnieri, son las mismas en las que el Meeting insiste desde hace cuarenta años. La visita ha permitido presentar la exposición “Francisco y el Sultán 1219-2019. El encuentro en la otra orilla”, que concluía precisamente con una foto del encuentro entre Francisco y Al Tayyeb.

En el diálogo con el imán, se ha puesto de manifiesto una sintonía sobre el hecho de que, sin el reconocimiento del Misterio, las relaciones entre personas y pueblos acaban dominadas por la violencia. El gran imán se ha declarado feliz de encontrarse con esta delegación y ha mostrado su alegría porque una realidad como el Meeting desee difundir el espíritu que anima el documento de Abu Dabi.

La presidenta del Meeting continuó diciendo que siente al imán como una persona especialmente cercada, debido a su actitud profundamente religiosa. Por su parte, Al Tayyeb respondió con una imagen: entonamos el mismo canto con voces distintas.

Al término del coloquio, la delegación regaló a Al Tayyeb una estampa del siglo XIX que representa el puente de Tiberio en Rímini. «Un puente que tiene dos mil años y que ha resistido a todos los intentos de destruirlo, incluido el de la Segunda Guerra Mundial», señaló Marco Aluigi: «Hemos pensado en esta imagen porque en usted vemos un constructor de puentes y nos sentimos muy cercanos a usted en esta vocación».