Don Giussani

Rímini. «Gracias por el regalo de Don Giussani»

Inaugurado el monumento dedicado al sacerdote de Desio. Junto a los promotores de la iniciativa esraban también las autoridades civiles y religiosas. Las palabras del obispo Lambiasi y Davide Prosperi, vicepresidente de la Fraternidad de CL
Paolo Facciotto

Cuatrocientas personas se dieron cita la mañana del lunes 19 de agosto en Rímini para participar en la inauguración del monumento en memoria de Luigi Giussani, una escultura situada en la rotonda que hace unos años se dedicó al fundador de Comunión y Liberación. Los promotores, un grupo de rimineses coordinado por Marco Ferrini con Sergio De Sio y Antonio Smurro, no querían el típico acto formal sino algo que dejase huella en los miles de personas que cada día transitan por la zona de la feria antigua, actual Palacio de Congresos. Por ello, el arquitecto Marco Benedettini ideó junto a su colega Cristina Fonti la representación del esquema que don Giussani solía dibujar en la pizarra para explicar cómo la gran X (el Misterio, Dios), inicialmente alta y lejana, decidió descender (acontecimiento de la Encarnación) interceptando la trayectoria del camino de los hombres a lo largo de la historia.

Inauguración del monumento en Rimini

Numerosas autoridades religiosas, militares y civiles acompañaron a los representantes de la administración municipal, propietaria del monumento donado por los promotores. En su saludo inicial, Ferrini señaló «la actualidad y potencia del carisma de don Giussani» y su vínculo con Rímini.

Davide Prosperi llevó el saludo de Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, que no pudo estar presente. «La idea de representar el enigma como un hecho en la trayectoria humana demuestra una profunda comprensión de la urgencia existencial que el hombre de hoy tiene que afrontar», dijo Prosperi. «Es la búsqueda continua de un significado del vivir que parece que hemos perdido. Ante todos los intentos por representar la respuesta al enigma existencial, el hecho que para nosotros indica esa X que intercepta la línea de la historia de la humanidad es la novedad actual del anuncio cristiano, por la que don Giussani dio incansablemente su vida y que es lo que este gesto quiere recordar a la ciudad y al mundo.
Porque esta es la novedad que todo el mundo espera, consciente o inconscientemente. Don Giussani contribuyó al nacimiento y desarrollo de acontecimientos en Rímini que con los años llevaron, entre otras cosas, a cientos de miles de visitantes. Damos las gracias a esta ciudad que ha decidido recordarlo así, testimoniando la actualidad de su carisma».

«¿Cómo encontrar a Dios? ¿Realmente es posible?», se preguntaba el obispo de Rímini, monseñor Francesco Lambiasi, en su intervención antes de la bendición. «El hombre se ha dado respuestas a lo largo de la historia, siempre a pensado en Dios "más allá", siempre distinto, lo ha imaginado en alto. Y para encontrarlo le ha construido una casa, una especie de ático, porque él no podría mancharse los pies con el polvo y fango de nuestra historia. Las pirámides culminaban en ese vértice altísimo donde la puerta estaba dispuesta para que, cuando Dios decidiera venir a la tierra, pudiera quedarse en el lugar más cercano al suyo. Pero estaba tan lejos... como los zigurat, las torres templarias de la cultura babilónica...». Esa flecha que desciende, añadió el obispo, «me parece el corazón de esta imagen. Es el Misterio. Se puede encontrar a Dios porque Dios quiere encontrarnos. Es Él quien desciende, Él viene. Este es el hecho que cambia la historia. La respuesta a la pregunta del hombre la ofrece Dios». Don Giussani lo dijo con su vida, concluyó Lambiasi. «Ha habido un hecho indiscutible en la historia: Jesús de Nazaret ha venido entre nosotros. Gracias Señor por enviarnos a Jesús. Gracias Jesús por enviarnos a don Giussani».