Presentación del Meeting 2019 en Roma

Meeting 2019. Ese tejido fuerte que hay siempre que zurcir

La presentación en Roma de la XL edición de la kermés de Rímini, que se celebrará del 18 al 24 de agosto. Con Enrico Letta, monseñor Matteo Zuppi, Enrico Giovannini y Emilia Guarnieri
Ubaldo Casotto

«El Meeting de este año cae en un momento importante y por eso cobra aún más importancia de la que tuvo hace cuarenta años, cuando nació». Las palabras de Enrico Letta, conectado desde París con la Asociación de la Prensa extranjera en Roma, donde el pasado martes se presentó la XL edición del Meeting por la Amistad entre los Pueblos de Rímini, se saltan las formalidades y van inmediatamente al meollo de la cuestión.

«Hace cuarenta años, la palabra clave era la apertura y la conciliación de dos Europas», dijo el expresidente del Consejo. «Polonia era el país símbolo de este diálogo, y Juan Pablo II (invitado al Meeting en 1982, ndr) era la figura que encarnaba esta misión. El Meeting desempeñó este papel de apertura, enseguida adquirió este respiro europeo. Y representó después un lugar donde se construían puentes y se derrumbaban muros». Y el Muro, el que separaba el Este y el Oeste europeo, cayó después de 10 años, recordaba Letta. «Ahora estamos dentro de una Europa que está volviendo a construir muros, una Europa donde la desconfianza está creciendo dramáticamente, donde las identidades ya no se viven como riqueza mutua sino en contraposición unas contra otras. En este último año se ha levantado un muro entre Europa centro-oriental y Europa occidental».

Enrico Giovanni y monseñor Matteo Zuppi

En este contexto, el Meeting, según Enrico Letta, tiene «una nueva misión»: volver a ser «un lugar de puentes, de amistad y de encuentro entre personas distintas que hablan entre sí, que dan pasos hacia adelante sin destruir la identidad del otro». Letta, que acudirá a Rímini el 21 de agosto, reconoce que «el Meeting ha llevado a cabo una misión histórica en este sentido», y le pide, por tanto, que siga siendo el mismo pero, al mismo tiempo, tome conciencia de la urgencia de una tarea que adopta los rasgos de una novedad: ayudar a Italia a «mantener los pies firmes en el centro de Europa, como siempre ha estado y donde tiene que quedarse». Su esperanza es que en agosto «Rímini sea la capital del diálogo a nivel europeo».

Como ejemplo, al ver a Maurizio Lupi entre los presentes, citó la exposición sobre Václav Havel, donde Lupi es uno de los promotores, «que camina en la línea de que hay que afrontar los problemas con la lógica de los puentes y retomar el planteamiento positivo de esos años, actitud de la cual surgió la Revolución de Terciopelo en Praga y que provocó luego la caída del muro de Berlín».

La intervención en directo de Enrico Letta

Renovación y fidelidad a uno mismo marcaron también el hilo conductor de la intervención de monseñor Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, que contestó así a los que dicen que el Meeting ha cambiado mucho en estos años: «Seguís siendo los mismos, en términos de preocupación y de pasión. Y con esa voluntad de búsqueda tan poco politically correct. Pero también habéis cambiado mucho. Es evidente que habéis crecido y, a lo largo de este proceso de desarrollo, habéis entendido la importancia de un verbo, el mismo que utiliza a menudo el presidente de los obispos italianos, el cardenal Gualtiero Bassetti (que también acudirá al Meeting, ndr): “zurcir”». En sintonía con las palabras de Letta, Zuppi añadió que «hay muchos desgarros. Vosotros zurcís mucho, hacéis que se encuentren distintas personas, y hace falta mucho hilo para zurcir, mucha identidad. Pero no se tiene que ver. Es un tejer muy atento y poco ideológico, un humanismo no ideológico».

Símbolo de este tejido, de esta “trama oculta” que lo hace fuerte, son los voluntarios. Zuppi lo decía con asombro. «Me llaman mucho la atención. Se pagan comida y alojamiento. No hay que dar por descontado esta gratuidad, es la verdadera clave que mueve todo esto y que os permite, cuarenta años después, seguir adelante. Zurcid: el hilo tiene que ser verdaderamente resistente».

Monseñor Zuppi

Y pasando a hablar del lema “Tu nombre nació de lo que mirabas”, Zuppi admitió sentir un poco de envidia por los que «todos los años encuentran estas frases estupendas. Esta en concreto, tomada de una poesía de Karol Wojtyla, es la verdadera alternativa al narcisismo contemporáneo, un narcisismo que no permite mirar a los ojos. Miramos todo de espaldas, sin cruzar nuestra mirada con la del otro». En contra de la “fijación por uno mismo”, Zuppi citó el versículo evangélico de Jesús ante el joven rico: «“Fijando en él su mirada, le amó y le dijo…”. Cuanto más intentemos ponernos en el centro, más anónimos seremos. En cambio, fijando nuestra mirada en ese tú, volvemos a descubrir nuestro yo».

Una forma de atención hacia el otro fue la que ilustró Enrico Giovannini, portavoz de la Alianza Italiana para el Desarrollo Sostenible, hablando de su "ámbito". No se trata solo de lanzar alarmas «acerca del cambio climático, sino de una forma de soñar que nos mantenga despiertos en un mundo donde todos nos miramos los pies». Refiriéndose a una campaña de comunicación social, añadió que «haría falta un collarín como los que se pone a los perros, que nos obligue a levantar la cabeza y la mirada».

Emilia Guarnieri

Que no tiene que ver solo con el clima Giovannini lo ejemplificó recordando la frase del papa Francisco sobre la tercera guerra mundial a pedazos. «Hemos llegado al máximo histórico de los conflictos que se combaten en el mundo, muchas pequeñas guerras que no salen en las noticias. Están ocurriendo muchas cosas distintas y tenemos que entender la relación que hay entre ellas». En este escenario, según Giovannini, «el Meeting puede representar un lugar, un momento único, donde trabajamos para conectar todos estos puntitos». El tema del desarrollo sostenible, «que está en el centro del diálogo interreligioso», puede ayudarnos, porque «la cultura que genera los desechos físicos es la misma que genera los desechos humanos», concluyó volviendo a citar a Francisco. «Rechazar la idea de que las cosas puedan ser un "desecho" es revolucionario».

Emilia Guarnieri, presidenta de la Fundación Meeting que nunca ha faltado a ninguna de las cuarenta ediciones, se declaró «agradecida por estos años de encuentro, diálogo, identidad, construcción común, solidaridad... Elementos que han hecho del Meeting una historia y no una estrategia relacional. El secreto del Meeting, si se quiere buscar un secreto, es que ha sido una experiencia. Y esto en las personas se queda como una huella indeleble: lo que permanece es la experiencia. No hemos juntado ideas, hemos permitido conocer a personas y experiencias que se contagian».

Todo esto tendrá su expresión también este año, del 18 al 24 de agosto, en los espacios de la Feria de Rímini, en ciento noventa actos, exposiciones, espectáculos (imprescindible el Barrabás de Pär Lagerkvist), restauración, área deportiva, familias con carritos... El Meeting es todo esto.

(El programa está en la web www.meetingrimini.org)