Las misas de aniversario: «sirviendo incansablemente a la Iglesia y a los hombres»
A los catorce años de la muerte de don Giussani, y a los 37 del reconocimiento de la Fraternidad de CL, decenas de obispos presidirán celebraciones por todo el mundo«Para que, al participar con agradecimiento y fidelidad en la historia particular generada hoy por el carisma de don Giussani, crezca en cada uno de nosotros la inteligencia de la fe, la certeza de la esperanza y el ardor de la caridad, sirviendo incansablemente a la Iglesia y a nuestros hermanos los hombres». Esta es la intención con la que se celebrarán, por todo el mundo, las misas por el 14º aniversario de la muerte del Siervo de Dios don Luigi Giussani (22 de febrero de 2005) y el 37º del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación (11 de febrero de 1982).
Sobre la contribución que puede ofrecer la fe a la situación del hombre contemporáneo ha hablado recientemente Julián Carrón, haciendo referencia al miedo que domina el momento actual: «La inseguridad existencial con la que tan frecuentemente tiene que hacer cuentas el hombre de hoy le hace caer en el miedo. ¡Cuántas situaciones hay que no puede controlar con sus fuerzas! La intervención del Misterio en nuestra existencia no derrota el miedo como por arte de magia, sino que impregna la vida de Su presencia, invitando a nuestra razón y a nuestra libertad a reconocerla. Solo quien la reconoce y se confía a ella podrá verificar hasta qué punto es vencido el miedo por Su presencia. Dios no nos ahorra el camino de la verificación. La victoria sobre la inseguridad existencial y sobre el miedo se produce según un designio que no es el nuestro, pero sucede. “El cristianismo es una presencia dentro de tu existencia, una presencia que asegura un cambio inimaginable, inimaginable” (don Giussani). Si acogemos Su presencia, que nos alcanza hoy a través de un signo humano, se introduce en nosotros este cambio».
En Milán la misa será celebrada por monseñor Mario Delpini (11 de febrero), en Roma por dom Roberto Dotta (22 de febrero), en Perugia por el cardenal Gualtiero Bassetti (11 de febrero), en Bolonia por monseñor Matteo Zuppi (25 de febrero), en Madrid por el cardenal Carlos Osoro, en Nueva York por el nuncio Christophe Pierre (17 de febrero), en Moscú por monseñor Paolo Pezzi (7 de marzo), en Túnez por monseñor Ilario Antoniazzi (15 de febrero).
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