Gonzalo del Prado presenta la campaña de CESAL

CESAL. Manos a la obra, porque «todos estamos bajo el mismo cielo»

En su 30º aniversario, la ONG presenta sus acciones para la campaña de este año, que se centrarán en Honduras, Siria y España. «No se trata solo de recaudar fondos, sino de acompañarnos; no se trata solo de reconstruir hogares, sino de reunir a familias»
María Serrano

La ONG Cesal ha presentado su campaña Manos a la Obra 2018. Con el lema "Bajo el mismo cielo", la organización busca recaudar fondos para impulsar tres proyectos concretos en diferentes puntos de emergencia social: Siria, Honduras y España.

El acto de presentación de la nueva campaña ha tenido lugar este jueves, 29 de noviembre, en el Centro de la Almudena de Madrid, y ha sido presentado por Gonzalo del Prado, periodista de Antena 3 Noticias, quien quiso recalcar la importancia de las pequeñas acciones a la hora de construir «un mundo más justo». Para explicar cada proyecto, el presentador y reportero incidió en cómo cambia «el foco mediático». «Por ejemplo, Siria ha desaparecido de la palestra informativa y, aunque quizá la situación ya no es tan dramática, sigue habiendo miles de personas muy necesitadas allí, especialmente en Alepo, de donde han huido tres de sus cuatro millones de habitantes».

CESAL llegó a Alepo en 2015 y trabaja principalmente en la reconstrucción de edificios. Con la iniciativa "Hogares bajo el cielo de Siria", la ONG quiere reconstruir 20 casas para devolver a sus correspondientes 20 familias su hogar. Para explicar la situación que se vive en el país intervino, vía videoconferencia, el padre Ibrahim Alsabagh, párroco de la iglesia de San Francisco de Asís en Alepo y responsable de la comunidad local latina. «La situación aquí continúa siendo dramática. Es cierto que en la actualidad caen muchos menos misiles, pero todos los días sigue habiendo heridos, todos los días enterramos a algún muerto. Desgraciadamente la guerra no ha acabado; al contrario, parece prolongarse hasta el infinito». Según el franciscano, todavía conviven diez ejércitos extranjeros en territorio sirio, y la compraventa de armas sigue creciendo. «El sufrimiento de la población va siempre en aumento, y el 70 por ciento de la ciudad continúa estando destruida. Nadie se pone manos a la obra, solo la Iglesia», destacó el sacerdote, a la vez que señalaba las dificultades derivadas de la falta de empleo y de un lugar digno donde vivir.



"Destellos de esperanza en el cielo de Honduras" es la iniciativa de CESAL en este país centroamericano. Según explicaba Gonzalo del Prado, miles de inmigrantes –se calcula que unos 60.000– abandonan cada año Honduras huyendo de la pobreza, pero también del crimen y la violencia. Un vídeo mostró el testimonio de Coco, un exmarero que se quedó huérfano con 10 años. «Sufrí maltrato físico y psicológico y poco después mi hermano fue asesinado por una mara, una banda hondureña. Mi otro hermano cayó en la droga, como acabé haciendo yo. Hui a Estados Unidos y en el viaje presencié el sufrimiento de esta “caravana de migrantes”: robos, asaltos, abusos, violencia... Hace cuatro años llegué a CESAL, y gracias a ellos estoy acabando la carrera de Derecho y ahora trabajo ayudando a otros jóvenes».

CESAL llegó a Honduras en 1993, pero en 1998 la situación se volvió dramática debido al huracán Mitch, que acabó con la vida de más de 6.000 personas. La ONG ha llegado a reconstruir 540 hogares, y la actual iniciativa de Manos a la Obra quiere continuar esa labor a la vez que intenta romper el círculo de violencia que impera en el país. David Bravo, director de Estrategia e Innovación de CESAL, relató su experiencia de dos semanas recorriendo el país. «No solo he visto una pobreza indiscutible, sino que he presenciado una violencia estructural. Todo está dominado por las maras, que son pandillas criminales cercanas al narcoterrorismo y que en la actualidad cuentan con más de 14.000 miembros, de tal forma que cada uno de nuestros trabajadores y voluntarios se juegan la vida cada día. Conocí a un niño de 12 años que me contó que ya había asesinado a cuatro personas, y a una madre soltera que no había escolarizado a su hija por miedo a que la mataran». En la actualidad, CESAL sigue trabajando para mejorar la calidad de vida de los hondureños y para prevenir la violencia, estrechando lazos también con la policía y los ayuntamientos locales. «En la colonia Divina Providencia, que está compuesta por los 540 hogares que hemos reconstruido, se respira un ambiente de paz y esperanza. También hemos abierto un centro de formación profesional para que los chicos puedan labrarse un futuro y adquieran las habilidades básicas para desenvolverse en la vida», añadió Bravo.

El testimonio de Karim

Ante el encuentro con jóvenes extranjeros con necesidades –mayoritariamente ex menas, menores de edad no acompañados– y personas refugiadas, sin un lugar en el que vivir, CESAL decidió abrir dos viviendas para acogerles y acompañarles en Madrid en 2016. Tras dos años trabajando en la formación, convivencia e integración de estos 15 jóvenes, la ONG ha lanzado ahora "Estrellas que iluminan nuestro cielo en España", una iniciativa que ha ampliado a cuatro los pisos de acogida para jóvenes sin recursos en la capital. Tres de ellos son de acogida tutelada (donde los jóvenes se integran y se forman) y uno les ayuda a dar pasos para lograr su emancipación e independencia total. Karim (19 años) es uno de los chicos que vive en un piso de acogida, y compartió su experiencia junto a su educador, Marco Ferraris. «Con solo 15 años hui de mi casa en Tetuán, Marruecos, donde vivía rodeado de violencia, pobreza y drogas. Llegué oculto en un camión y fui dando tumbos: estaba solo, como un perro callejero; no le importaba a nadie y nadie se preocupaba por mí». Pero aunque Karim pensaba haber dejado la violencia atrás, volvió a caer en ella. «Estuve en centros de menores, acabé viviendo en la calle e incluso pasé por la cárcel de Meco, y fue allí, en prisión, donde me di cuenta de que sí que había gente que me quería. Había conocido el CEPI de CESAL por una condena y había realizado un curso de cocina, pero sobre todo había encontrado verdaderos amigos, una familia. Ahora vivo con otros chicos en uno de los pisos de la ONG, voy a terapia para alejarme de las drogas y trabajo en el catering de CESAL. Mi sueño es tener mi propia familia y vivir una vida normal y corriente».



Para cerrar la presentación de la campaña "Bajo el mismo cielo", la banda de trap Afrojuice 195 interpretó una canción y narró su propia experiencia. Estos jóvenes también pasaron por diversos centros de menores, donde se conocieron y se volvieron «más que amigos: familia», como ellos mismos han declarado. Cosecharon el éxito gracias a una canción que se volvió viral en YouTube y en la actualidad viven de la música. «Nosotros creemos que si tienes un sueño, tienes que perseguirlo, con tenacidad, y no rendirte. Porque las circunstancias no te definen, lo que te pasa no te dice quién eres. Tienes que saber hacia dónde quieres ir, y si miras hacia atrás, que sea solo para recordar de dónde vienes», contaban Mike, Taylor, Delacalle, Beronique y TJ a los asistentes.

Pablo Llano, director de la ONG CESAL, quiso agradecer tanto a los invitados como a los asistentes su apoyo, y recalcó que «no se trata solo de recaudar fondos, sino de acompañarnos; no se trata solo de reconstruir hogares, sino de reunir a familias». También destacó otra serie de iniciativas que cientos de voluntarios llevan a cabo para apoyar la campaña Manos a la Obra, como las migas solidarias o el concierto de rock benéfico anual, y animó a que se sigan impulsando. «Porque todos estamos bajo el mismo cielo».