Sergio Mattarella

El mensaje del presidente italiano al Meeting

El telegrama de Sergio Mattarella, presidente de la República italiana, para la edición de 2018: « Conectar la búsqueda de la felicidad de la persona con el deseo de construir una historia mejor es un gran desafío humano»
Sergio Mattarella

Comienza una nueva edición del Meeting y me alegra poder dirigiros un cordial saludo y mis mejores deseos a la multitud de jóvenes que lo animarán con su participación, a los voluntarios, a los organizadores que este año han sido capaces de ofrecer a sus comunidades y a toda la sociedad italiana una ocasión tan rica de confrontación, reflexión y cultura.

El diálogo, el deseo de encontrarse con el otro y construir juntos –con todas las diferencias– componen el humus de una sociedad democrática y una comunidad solidaria. Se trata de valores más valiosos que nunca, que hay que alimentar incesantemente para evitar que se empobrezcan.
De la propensión al respeto, y por tanto a la amistad, depende mucho de la calidad de la vida y de la fuerza de una sociedad. Defender las propias ideas y afirmar la propia identidad no consiste en levantar las barreras del prejuicio y la contraposición. Al contrario, la confrontación, con la conciencia de que cada uno, con su credo y sus convicciones, enriquece nuestro ser persona, de ahí nace la posibilidad de hacer el mundo verdaderamente humano. Es la contribución que el Meeting ofrece a la formación de ciudadanos activos y responsables. Y estoy seguro de que este camino alcanzará nuevos resultados positivos.

El lema elegido para el Meeting 2018 –“Las fuerzas que mueven la historia son las mismas que hacen feliz al hombre”– ofrece muchos puntos de reflexión en los que estos días habrá oportunidad de profundizar.
La conciencia del vínculo entre la propia libertad personal y el bien de la comunidad de la que formamos parte es un patrimonio esencial de la civilización y de la cultura democrática. Entre las numerosas y extraordinarias ocasiones que los nuevos tiempos nos ofrecen también están los riesgos de la homologación plana y de la cerrazón individualista. La exasperación del interés egoísta, así como el conformismo mediocre, limitan la mirada hacia el futuro y llevan a considerar el presente como el único horizonte útil. Una jaula que reduce nuestras ambiciones y la confianza en el mañana, y desanima posibles proyectos para mejorar el mundo en que vivimos.

Conectar la búsqueda de la felicidad de la persona con el deseo de construir una historia mejor para uno mismo y para los demás es un gran desafío humano. Mantener unidas personas e historias quiere decir precisamente reforzar los vínculos entre el individuo y la comunidad, hacer que nadie quede atrás ni al margen.
Este es un gran compromiso de renovación civil que –durante el Meeting y después del Meeting– espero que pueda unir cada vez más a aquellos que, en nuestro país, en Europa y en el mundo, crean en un destino común.