La catedral de Prato

El desafío del nuevo Huellas

La nueva revista se presenta en la localidad italiana de Prato, donde el alcalde destaca su «capacidad de apertura al mundo». Una velada con su director, Davide Perillo
Andrea Ambrosino

La dinámica de una presentación nunca se deja al azar. Siempre hay un Tú que te lleva al otro con una propuesta, y la libertad del otro de adherirse o no a lo que ve.
Podría parecer un esquema quizá algo aséptico y simplista, pero es lo que sucedió en Prato cuando, el pasado 24 de mayo, se desarrolló el encuentro de presentación del nuevo Tracce (la edición italiana de la revista Huellas) con el título “El nuevo Huellas. Un camino que hacer juntos”, organizado por el Centro Cultural Prato Encounter. Teatro del evento, la Sala del Concejo de la Provincia en el Palacio Banci Buonamici, con la presencia del director de la edición italiana, Davide Perillo, el alcalde de la ciudad Matteo Biffoni y Stefano Bandinelli, firma de Toscana Oggi.

Una presentación que, como dijo Dennis Sauer al presentar la velada, tiene origen en el hecho de que la «contribución original que aportamos viene dada por la persona de cada uno revestida por el encuentro con Cristo. Esto es lo que nos interesa decir al mundo: hay algo por lo que vale verdaderamente la pena afrontar cada día tal como nos viene dado. No es bella la vida sino que es bello vivir». Nos podemos encontrar con todos no porque estemos exentos de errores y fatigas, continuó Sauer, «sino por algo que nos ha tomado y por lo cual el significado de nuestra vida está presente. Y hace que tengamos más gusto en vivirla. Huellas ha sido y es precisamente el intento de contar esta historia, a través de testimonios y encuentros con personas. Esta historia nos sucede, y es la contribución que llevamos. No es un nuevo proyecto social, político, económico, sino un “atrevimiento ingenuo”, como diría don Giussani, dada por el encuentro con Cristo presente».

Desde la izquierda: el director del Centro cultural de Prato, Lorenzo Neri, Dennis Sauer y Davide Perillo

Un atrevimiento que caracterizó toda la velada, ya desde las palabras del alcalde Biffoni, que en su saludo subrayó hasta qué punto la revista de CL es «un lugar de apertura. Muchos me conocen y saben que tenemos ideas distintas. Pero aquí he conocido un lugar fecundo de encuentro, como he descubierto en el Meeting y en otros momentos que habéis organizado. Basta ver en la revista el extraordinario diálogo de Gianni Riotta con Julián Carrón o la entrevista al ex brigadista Alberto Franceschini». Hay asombro en las palabras del primer ciudadano pero no solo. También la conciencia de que una entrevista como la que se ha hecho a Franceschini es «fruto de esta capacidad que tiene Huellas de encuentro abierto con el mundo».

A las palabras del alcalde hacen eco las del director Perillo, que ante todo partió del origen y de la historia. «Tracce es la revista oficial de Comunión y Liberación desde 1974. Desde sus orígenes ha tenido siempre dos finalidades. Ante todo, la de contar y profundizar la experiencia cristiana que se había encontrado y que se estaba viviendo. El segundo deseo era el de seguir lo que esta experiencia traía consigo, un interés por todo el mundo. Esto está en el ADN de lo que vivimos, está en el ADN de la revista. Porque está en el ADN del cristianismo».

Perillo explicó después cómo está hecha la revista. «Los periódicos tienen cuatro elementos fundamentales: el entretenimiento, las informaciones útiles y dos aspectos fundamentales como las historias humanas –es decir “lo que sucede”– y los “juicios”, una propuesta de lectura de la realidad. O bien una manera de mirar las cosas que te ayuda a entender y entrar más en el mundo. Cuando me propusieron dirigir Tracce, miré la experiencia que vivía y me di cuenta de que aquí había una “materia prima” interesante de la que ocuparse, bien por las historias, bien por la posibilidad de juicio de la realidad».

Historias y juicio. Como las que el director contó para poner algún ejemplo de lo que estaba diciendo. La historia de tres universitarios de Venezuela que consiguen vivir libremente a pesar del drama de su país. También la de una muchachita de Barcelona de dieciséis años que, por su amistad con algunos amigos españoles, reabre su partida “ya cerrada” sobre el referéndum de la independencia de Cataluña. Y más todavía, como las de Aisha, Hanifa y Sara, mujeres musulmanas que venden Traces, la edición inglesa de Tracce, en Uganda.

«Ahora la revista ha cambiado. Y hay un motivo. Está viviendo un nuevo inicio. Hay otros instrumentos que antes no había. La riqueza de la vida cotidiana se puede seguir hoy en tiempo real en la web. Por esto en Tracce ya no se sigue la actualidad en sentido estricto, el curso de los acontecimientos, sino que cada mes elegiremos un tema que lo que sucede evidencia como urgente y relevante. Y a este dedicaremos la primera mitad de la revista. No faltarán de todos modos, en la segunda parte, entrevistas y reportajes que hablarán de la vida del movimiento de CL y del deseo de salir al encuentro del otro. Otro con el que es posible hacer una parte del camino juntos, no tanto porque se compartan las ideas, sino por la misma necesidad de vivir».

Para terminar la velada, la rápida e incisiva intervención de Bandinelli: «A una revista como Tracce le queda estrecho el “recinto” de CL. Habla de tal manera a todos que es un patrimonio para cualquiera. Habla al mundo cristiano, pero no solo».

La dinámica de un encuentro nunca se deja al azar. Hay siempre un Tú que te lleva al otro con una propuesta. Y está la libertad del otro de adherirse o no a lo que ve. Así no dejan indiferente al público las palabras que Bandinelli usa para cerrar su intervención: «Custodiad esto, custodiad esta capacidad de leer la sociedad partiendo de vuestros valores pero con perspectivas distintas».