El último número de la revista Atlantide

Los jóvenes africanos ponen nota a África

Se presenta en la Universidad Católica de Milán el último número de Atlantide, la revista de la Fundación por la Subsidiariedad, dedicada a la educación, empleo y desarrollo del continente negro. Una entrevista con algunos estudiantes
Martino Ghielmi

¿Cómo juzgan los sistemas de educación y el apoyo al emprendimiento los jóvenes africanos que están realizando cursos formativos de excelencia? ¿Y cómo ven su futuro? La revista Atlantide, que edita la Fundación por la Subsidiaridad en Milán, ha hablado con tres de ellos que estudian en la African Leadership University (ALU), fundada en 2013 por el pedagogo ghanés Fred Swaniker. La ALU está abriendo un innovador itinerario a la formación universitaria del siglo XXI. Ofrece cursos universitarios y de posgrado de un modo único y muy creativo. Integrando el aprendizaje de los estudiantes en el mundo real, haciéndoles capaces de asimilar y poner en práctica lo aprendido, dando a cada uno los instrumentos necesarios para pensar de un modo emprendedor y empleando los métodos de enseñanza más estimulantes y participativos, la ALU ha sido denominada “la universidad del futuro”.
Desarrolla en sus graduados competencias que considera fundamentales ante un mundo que cambia. Eleva el nivel intelectual de sus alumnos, les ofrece una experiencia laboral y contribuye a su mejora personal. Actualmente, la ALU cuenta con dos campus, en Isla Mauricio y en Kigali (Ruanda). El proyecto prevé la apertura de otros 25 campus en todo el continente africano, que se prevé que formen a tres millones de líderes emprendedores en África y en todo el mundo. Todo ello de aquí al año 2060.

Garnett Achieng. 21 años, originaria de Bondo (Kenia), ha viajado por el mundo durante los últimos dos años para cumplir su sueño. Ha vivido un año en Turquía, ha estudiado turco en la Gazi University, se ha enamorado de las calles adoquinadas de Antalya y ha desarrollada una insana obsesión por el baklava (postre turco). Actualmente vive en la ciudad de Kigali (Ruanda), donde estudia Desafíos Globales en la African Leadership University.

Jeremiah Thoronka. 17 años, nacido en Sierra Leona, actualmente estudia Ciencias Informáticas en la African Leadership University. Es escritor, bloguero, inventor, y ha participado en cuatro finales nacionales de los premios de innovación. En su tiempo libre le encanta enseñar ingeniería a los niños.

Mardiya Siba Yahaya. 19 años, nacida en Ghana. Estudia en la African Leadership University y es una escritora apasionada con un gran interés por la poesía, el arte y la política. Considera que la igualdad es un derecho humano fundamental y que las mujeres no deben verse privadas de él a causa de las costumbres sociales. Es una panafricanista convencida, con el deseo de llegar a tener una influencia positiva en su continente a través de los ámbitos de la sanidad y la tecnología. Ha hecho unas prácticas de periodismo en la revista digital Ananke Mag.

Por la izquierda, Jeremiah, Mardiya y Garnett

Pensando en vuestra educación (primaria, secundaria y ahora universitaria), ¿cómo la valoráis? En vuestra opinión, ¿cuáles son los principales desafíos en este sector tan crucial para África? ¿Cómo se puede mejorar?

Garnett
. Durante gran parte de mi vida he tenido el privilegio de ir a algunas de las mejores escuelas de Kenia. Para la educación primaria, fui a escuelas privadas donde había libros de texto en abundancia y los profesores eran más que razonables en su relación con los alumnos. Para la educación superior fui a un instituto público, que cuentan con bastante prestigio. Admiten principalmente a los alumnos con notas altas en los exámenes del certificado nacional de educación primaria. Las escuelas estatales normalmente están mejor equipadas y tienen un personal óptimo. La mía, por ejemplo, tiene piscina y gimnasio, aunque hay algunas que no tienen suficientes libros de texto ni laboratorios de informática. Creo que el principal problema de la educación en África es la dificultad para poner en práctica lo que se aprende en clase. Lo que se enseña no es relevante para la vida real, y aspectos como las habilidades profesionales y sociales no se trabajan en clase. Tampoco hay mucho espacio para preguntas ni experimentos. Es un sistema demasiado rígido. En mi instituto, por ejemplo, estaba prohibido el acceso a los laboratorios de informática cuando no había clase de esa asignatura, de modo que rara vez teníamos la oportunidad de hacer investigaciones online. Nuestro sistema educativo necesita más espacio para hacer preguntas. De otro modo solo producirán robots. Las habilidades profesionales y sociales deben formar parte de nuestro currículum para poder mejorar las tasas de empleo.

Jeremiah. Cuando pienso en el tipo de educación que recibí en la escuela primera tengo poco, si no nada, bueno que contar. Profesores y contenidos eran insuficientes, los espacios eran muy pobres y, lo peor de todo, los profesores nos pedían dinero todos los días a los alumnos. Había cosas como la lista de molestos: los alumnos que aparecían en ella tenían que desembolsar 500 leones. Todos los días teníamos que comprar, quisiéramos o no, lo que los profesores vendían en clase. Pero el máximo nivel de corrupción lo vi en la escuela secundaria. Los profesores pedían dinero a los alumnos a cambio de notas altas en los exámenes, y eso en algunos casos era la rutina normal, una cultura consolidada. Creo que el problema es un círculo vicioso en torno a la integridad moral. Muchos profesores enseñan por el hecho de que reciben dinero de los estudiantes. Si esos profesores recibieran un buen sueldo, creo que tal vez empezarían a tomarse más en serio su trabajo.

Mardiya. Las bases de mi educación primaria fueron muy sólidas porque mis padres podían garantizármela. El desafío inicial era poderse permitir la escuela primaria. Aunque los gobiernos africanos están intentando aumentar las posibilidades de acceso a la educación, con buenos resultados, el problema sigue siendo la calidad. Quien no puede permitirse una escuela privada suele tener unas bases de aprendizaje más débiles. Este aspecto resulta aún más significativo cuando todos pasan a la escuela secundaria estatal. El currículum se ve superado y el modelo de enseñanza y aprendizaje, en vez de generar estudiantes más inteligentes, produce una comunidad de jóvenes cansados y temerosos. Creo que el primer paso en dirección a una verdadera renovación es repensar todo el sistema entero. Más que en la cantidad, el gobierno debería invertir en la calidad de la educación. Para tener una población activa competente, hay que repensar los sistemas para adaptarse al rápido progreso del mundo.

¿Qué pensáis de la capacidad emprendedora africana como solución clave para el desafío del desempleo? ¿Cuáles son los obstáculos que existen a la creación de oportunidades significativas para los jóvenes africanos?

Garnett
. Aunque la capacidad emprendedora ofrecería más oportunidades laborales a los jóvenes del continente, no todos están hechos para emprender. Hay quien prefiere trabajar para las empresas de otros, y esto también hay que favorecerlo. En todo caso, hace falta más apoyo a los jóvenes que quieren aventurarse en el mundo del emprendimiento. Las competencias emprendedoras deben incorporarse en nuestros currícula para generar una nueva generación que tenga confianza en sí misma en términos de creación de empleo.

Jeremiah. El desarrollo del emprendimiento es el único camino para que este continente crezca. Pero la pregunta del millón de dólares es dónde encontrarán esos aventureros africanos que esperan poder guiar este cambio los recursos necesarios para hacerlo. Si consiguen disponer de tales recursos, ese cambio podrá ser real. Si no, se quedará solo en un sueño.

Mardiya. La tasa de desempleo en este continente es el resultado de nuestro sistema educativo obsoleto, del número insuficiente de vías que llevan al empleo y del nepotismo. La capacidad emprendedora se ve como solución a todos los problemas, pero nos olvidamos de que no todos son emprendedores y que el capital de riesgo en las startup africanas sigue siendo bajo. Aunque en este momento África necesite más soluciones bajo la forma de emprendedores, hay una necesidad innegable de empoderamiento bajo la forma de estabilidad financiera y seguridad laboral.

En Europa, la inmigración se está convirtiendo en el tema más candente. La gente tiene miedo y el debate sigue enquistado en ver “cómo evitar que vengan”. Como jóvenes africanos, ¿qué pensáis de esto?

Garnett
. En primer lugar, me parece bastante paradójico que los europeos tengan miedo a una “invasión”, pues hace un siglo fueron ellos quienes invadieron y colonizaron África. Esos países “asustados” privan a nuestros terrenos de sus recursos y dan la espalda a los migrantes. En segundo lugar, los migrantes no son objetos. Son personas, con historias, esperanzas y sueños. Huyen de guerras, persecuciones y administraciones corruptas. En su mayoría, son personas que han perdido totalmente la esperanza en su madre patria. Imaginad qué significa esto cuando llegas a pensar que un país extranjero pueda ser mejor que el tuyo propio. Por último, no creo que sea un problema de fácil solución. Años y años de condicionamientos han inculcado en los africanos la idea de que vale la pena seguir los sueños europeos y americanos. Esto es lo que empuja a la gente a emprender viajes muy peligrosos. Creo que la solución a la crisis migratoria debe partir de un cambio de mentalidad. Necesitamos creernos que podemos realizar nuestros sueños en nuestro continente. También creo que una administración mejor puede contribuir a solucionar esta crisis. Necesitamos gobiernos que se hagan cargo de la población y ofrezcan mejores servicios. Lamentablemente, de momento no veo gobiernos así. Tal vez nuestra generación sea la de los líderes que queremos.

Jeremiah. Nuestros hermanos africanos no huyen del continente simplemente porque quieren marcharse, a riesgo de encontrar la muerte en Libia o en el mar. Quieren llegar a Europa porque esperan encontrar mejores oportunidades. Si queremos poner fin a esta tragedia, los líderes africanos deben trabajar por el desarrollo de sus regiones, asegurando mejores oportunidades a los jóvenes.

Mardiya. Creo que estamos de acuerdo en que el problema del empleo y la inestabilidad económica no son una cuestión exclusivamente africana. Muchos países del mundo están afrontando situaciones similares. Al mismo tiempo, los europeos creen que los migrantes van allí buscando trabajo, lo que sin duda es cierto. Nadie emigra para estar mano sobre mano. Si tengo que responder a la pregunta “¿por qué quieren venir aquí?”, diré que se ha hecho creer a los africanos que Occidente es la tierra prometida y que la hierba allí es más verde, lo cual no es verdad. La respuesta a esta imagen que se ha creado sobre Europa, a la que se retrata como paraíso en la tierra, como el mejor lugar para vivir, es que ahora los europeos tienen que enfrentarse a los flujos migratorios que reciben.

¿Dónde os veis dentro de veinte años? ¿Qué objetivo os habéis marcado?

Garnett
. Me veo como una autora reconocida y una emprendedora que se ha dedicado por entero a la emancipación laboral de las mujeres. También me veo con una película premiada.

Jeremiah. Creo que entonces habré conseguido un montón de cosas por las que alegrarme. Después de graduarme, me zambulliré para poner en marcha una iniciativa que arroje luz en el continente africano. Después, valoraré la idea de entrar en la política de mi país para liberar a Sierra Leona del caos en que la han sumido nuestros llamados líderes.

Mardiya. Mi futuro se irá dibujando día tras día, es un camino bastante imprevisible, pero me imagino dentro de algún proyecto de infraestructuras y como paladín de la igualdad. Mi hobby será la escritura, con artículos sobre temas de política, género, tecnología y sociedad internacional.