El padre Mauro Lepori en el Meeting Lisboa

Meeting Lisboa. La libertad de quien ha "quedado cautivo"

Ha sido el año de las paradojas. Protagonistas: Chesterton, el '68, el padre Mauro Lepori, pero también el jiu-jitsu y los Iron Maiden. Al término de estos tres días, el presidente aparece sentado en la última fila...
Catarina Almeida y Pedro Abreu

“Ser livre é ter o coração preso”. Ser libres significa tener un corazón cautivo. Difícil traducir al español el título del sexto Meeting Lisboa, celebrado el fin de semana del 7-8 de abril por el juego de palabras con el término “preso” en portugués, y su doble acepción de una persona detenida, pero también alguien que ha sido cautivado. De ahí el tema de la libertad entendida como vínculo, dependencia, pertenencia, que reunió durante dos días a más de mil personas en la carpa del Centro Cultural de Belén, en la capital lusa.

La intuición que sigue moviendo a quien construye la aventura del Meeting (este año había 185 voluntarios) nace del deseo de afrontar juntos los grandes retos de la vida. Las cuatro exposiciones, los cuatro actos y los dos conciertos fueron el testimonio de una vida impregnada de este entusiasmo.

El protagonista del lema de este año fue Gilbert K. Chesterton, en quien se inspiraba el título. «A fixed heart gives you a free hand», escribía el famoso escritor inglés. Una personalidad que ha despertado la curiosidad de amigos, amigos de amigos e hijos de amigos. ¿Qué es lo que ha atraído a un centenar de personas que no quería salir de ese despacho reconstruido en la exposición dedicada a este autor? Su normalidad, dicen. Su humor y su humildad. La correspondencia que experimentaban con sus palabras, sencillas pero luminosas. Como los ojos de los que guiaban esta muestra cuyo título coincidía con el lema del Meeting Lisboa. Pero también como los ojos de Pedro Picoito y António Campos, que dialogaron con Maria João Leitão sobre “G.K. Chesterton y el eterno atractivo de la verdad: de C.S. Lewis a los Iron Maiden”. Encuentros como este han sido el tejido de todo este Meeting.

Carlos ha participado en la preparación de la exposición “No dejéis que os roben la esperanza” y nos ha contado su experiencia personal en la presentación de la muestra, con Bruno, Lygia, Bernardo y Sofía, amigos de la asociación deportiva YoungZilion. Hace veinte años conoció CL, pero luego se alejó. En un momento dado de su vida, tuvo que afrontar un profundo dolor personal y le vinieron a la cabeza dos cosas: aquellos amigos y la idea de sacar la rabia que tenía dentro aprendiendo jiu-jitsu, arte marcial japonés. Ahí comienza una historia dentro de la historia. Los amigos de CL y los amigos del jiu-jitsu se conocen y empiezan a ayudarse mutuamente para responder a las necesidades que cada uno tiene: el colegio, la familia, la amistad. Incluso la muerte, cuyo misterio ahora puede afrontar, ya que ha reconocido quién es el Señor de la vida.

La intervención del físico Carlos Fiolhais

Aunque las circunstancias sean distintas, es por la misma fiebre de vida que los presidentes del Banco Farmacéutico de Italia y Portugal, la presidenta del Banco de Alimentos portugués, una manager y un cura pueden compartir escenario. Sergio Daniotti, Isabel Jonet, Maria Manuel Seabra da Costa y el padre Pedro Quintela han hablado de la gratuidad como criterio en la construcción de una sociedad más justa y por lo tanto más fuerte.

La búsqueda de la libertad fue también el tema de la exposición guiada por el padre Luis Miguel Hernández, que junto a un grupo de amigos quería responder a las preguntas sobre el deseo de liberación de los “Hijos del 68”. Sobre la inquietud de una generación que se sentía atrapada y sin respuesta, ha cantado Benedetto Chieffo citando a su padre, Claudio. «Forza compagni, rovesciamo tutto, e costruiamo un mondo meno brutto» (Adelante, compañeros, arrasemos con todo y construyamos un mundo mejor). Arrasar con todo no era el camino para responder a la necesidad que tenían y eso se ve en la pregunta que surge al terminar el recorrido. «Entonces, ¿dónde descansa el corazón?».

Preguntas como esta y otras más eran el eje de la exposición “SOS Educação”, donde decenas de profesores y padres atestiguaban qué es lo ha generado en ellos el trabajo sobre la tercera parte del libro de Julián Carrón La belleza desarmada. Más que recetas, han descubierto un recorrido que les permite afrontar las dificultades como verdaderos hombres. Han propuesto este camino a amigos, alumnos y también a personalidades del mundo de la cultura. Carlos Fiolhais, físico y profesor universitario, ha hablado al pueblo del Meeting de la fascinación que descubrió en el libro de Carrón: reproponer el nexo con la realidad mediante la curiosidad que busca sin pausa el Bien, lo Verdadero y lo Bueno. Y aconsejó no hacer trampas, porque el único camino es generar adultos interesados por su propia vida.



Al término de esta vivacidad de propuestas, se abordó el tema de la gran paradoja de la libertad como dependencia. El padre Mauro-Giuseppe Lepori, abad general de los cistercienses, llegó con su discreta presencia para hablar delante de setecientas personas cautivadas por sus palabras. Habló de su experiencia, de la Regla de San Benito y del monasterio como posibilidad de liberación. Porque, explica, la libertad es un don y existe si Alguien nos la concede ahora. Cristo es Aquel que nos da la libertad y ha venido para preguntarle al hombre si quiere ser liberado. Y comentó un episodio evangélico. «Es un poco como el paralítico de la piscina de Betesda a quien Jesús pregunta: “Quieres quedar sano?”. Tal vez pensó: “¿Qué clase de pregunta es esta? ¿¡Imagínate si no quiero quedar sano…!? ¿Por qué me hace esta pregunta?”. Jesús habría podido contestarle: “Mira, sé que quieres quedar sano pero yo te estoy hablando de todo lo que te puedo dar. Te pregunto si quieres quedar sano gracias a mí, conmigo, en relación conmigo”. De repente, el verdadero problema deja de ser llegar a la piscina para que lo curen. Ahora todo depende de su libertad, de la libertad de su corazón. La curación ha llamado a su puerta y le ha pedido permiso para cambiarle la vida. En el fondo, lo que Cristo quiere sanar, en todos y a través de todo, es la libertad misma, la libertad del hombre de abrirse al don que Dios le ha hecho».

En el Meeting de las paradojas de Chesterton, de las paradojas de la clausura como lugar de la libertad, apareció silenciosamente Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de la república portuguesa. Le habían invitado hace dos años para que diese un discurso oficial. Luego, el año pasado, volvió por iniciativa propia sin avisar a los organizadores. Lo mismo ha hecho este año, sentado en las últimas filas, cerca del bar, para escuchar la conferencia del padre Lepori. Unos niños hacían ruido, él les pidió silencio y, para conseguirlo, sentó a dos encima de sus rodillas. Luego, cuando los dos se fueron a jugar a otro lado, Rebelo de Sousa empezó a tomar notas. Al término del encuentro y después de los saludos, subió al escenario intentando no quitar protagonismo al abad. «Lo que acaba de decir el padre Lepori sobre la libertad no es valioso solo para la dimensión personal, sino también para la sociedad y para todo nuestro país» (luego Lepori preguntará: «¿de verdad es el presidente de todo Portugal?»). El presidente concluyó su saludo expresando al pueblo del Meeting su deseo de volver cada año para apoyar esta iniciativa. Porque, dice, «mi corazón es cautivo del vuestro».


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