Julián Carrón recibido por el Papa Francisco

Julián Carrón recibido en audiencia por el Papa Francisco

El presidente de Comunión y Liberación explica a VaticanNews los temas de su conversación: «Nos ha animado a seguir con nuestro compromiso, pues lo considera muy importante en un momento en que los jóvenes viven en una “sociedad líquida”»
Adriana Masotti

El pasado viernes 2 de febrero el Papa Francisco recibió en audiencia al presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, una de las realidades eclesiales postconciliares más extendidas en la Iglesia en Italia y en el mundo. Después de don Luigi Giussani, fundador de CL en los años 60, desde el año 2005 guía la Fraternidad el sacerdote y teólogo español Julián Carrón. Al término del encuentro, don Julián Carrón nos cuenta cómo ha ido la conversación con el Papa y cuáles han sido los temas de los que han hablado. «Tenía simplemente este deseo: poder compartir con el Papa los pasos que hemos dado y el camino que hemos hecho después de la audiencia que tuvimos con él en la plaza de San Pedro, y después de las sugerencias que allí nos hizo para nuestro camino y de la carta sobre la pobreza que nos había mandado; y qué pasos nos hemos propuesto dar para seguirle con todas las iniciativas que hemos emprendido en este sentido. Ha sido simplemente compartir estos puntos, además del Sínodo de los jóvenes, que nos interesa mucho porque se trata de una preocupación nuestra, como he visto que lo es también del Papa: el deseo de escuchar a los jóvenes y de estar realmente disponibles a un diálogo a campo abierto con ellos».

¿Os ha pedido o recomendado algo el Papa como Fraternidad de Comunión y Liberación?
No, simplemente me ha dado las gracias por todo lo que le he contado sobre las iniciativas de respuesta a las necesidades de los migrantes o al acompañamiento de los chicos, y sobre nuestra preocupación con respecto a la educación de los jóvenes. Nos ha animado a seguir con nuestro empeño, porque lo considera muy importante en este momento especial en el que los jóvenes viven en una «sociedad líquida», con el fin de que puedan encontrar puntos de referencia que les acompañen en su camino.

¿Cuál es la contribución que el magisterio del Papa Francisco está haciendo a Comunión y Liberación? Es sabido que también a los movimientos y las asociaciones en la Iglesia les afecta lo que sucede en la Iglesia universal, y por tanto también las líneas de acción que ofrece el Papa…
Me parece que la mayor contribución es llegar a ser conscientes de este cambio de época que nos lanza un desafío a todos nosotros: ver las formas concretas con que la Iglesia se sitúa hoy frente al mundo y a los desafíos que nos afectan a todos. Todo ello con su empuje constante a salir y a entrar en relación con los demás y a llevar esta mirada llena de ternura y de misericordia que nos ha traído Cristo en la historia, y ocuparse de las necesidades de los hombres. Y esto nosotros lo sentimos como algo especialmente significativo para nosotros, desde el momento en que forma parte también de nuestro ADN.

Antes hacía referencia a la acogida y a los jóvenes, ¿podría señalarnos alguna de las fronteras en las que estén especialmente comprometidos hoy?
Nuestro compromiso es ante todo con los jóvenes, porque consideramos que se trata de una frontera fundamental para todos. Y es por ello el lugar en el que cada uno de nosotros y toda la Iglesia verifica si la propuesta que hace el cristianismo al hombre moderno se abre espacio en el corazón de los jóvenes, y se abre espacio cuando se propone y se encuentra como una experiencia que tiene que ver con la vida, con las necesidades, con la soledad y el malestar que ellos experimentan. Para nosotros se trata de una verificación de la fe. El otro frente es el gran mar de necesidades que tiene ahora la sociedad. Nosotros queremos responder de verdad a esto con muchas iniciativas: desde el Banco de alimentos al acompañamiento que hacemos, por ejemplo, a chavales que tienen dificultades con el estudio, a los presos y a personas que viven en las grandes ciudades de América Latina y que tienen grandes necesidades. Podemos plantar ahí una pequeña semilla, y esta novedad cristiana es para nosotros fundamental.

da www.vaticannews.va