Senado italiano

Católicos y política: educación y formación, en una perspectiva subsidiaria

Las palabras de Mattarella y las emergencias de los “jóvenes", "trabajo", "familia". Avvenire pregunta a algunos representantes del mundo católico cuál es el camino que la política ha de seguir. Responde Davide Prosperi
Davide Prosperi*

En el mensaje de Nochevieja, el presidente italiano Sergio Mattarella indicó como prioridad para su país los problemas de los jóvenes y del trabajo. Haciendo un llamamiento a las fuerzas políticas para que, en los programas electorales, sugieran, sobre estos temas, propuestas realistas y viables. A partir de esas indicaciones, ¿cuáles son, en su opinión, las recetas posibles que las fuerzas políticas deberían incluir en los programas para fomentar el empleo y el desarrollo?
Hace falta invertir mucho más en los procesos educativos, mejorando el sistema educativo. Me refiero a la formación profesional, a las políticas de derecho al estudio y contra el abandono escolar, la ayuda a la escuela paritaria que desempeña un papel indispensable junto a la escuela estatal. Además, es preciso respaldar a las startup innovadoras y ofrecer incentivos al empleo juvenil. Es una apuesta que vale más que el cálculo de los riesgos. Son medidas que en el extranjero se aplican desde hace muchos años y han dado resultados siempre positivos, ya que son el motor del desarrollo de toda la sociedad.

Davide Prosperi

¿Cómo valorar las condiciones de los jóvenes, también para evitar que las nuevas generaciones dejen de participar en la vida política y social?
Como siempre ha subrayado don Giussani, se necesitan lugares que eduquen al yo en una relación positiva con la realidad. Un joven tiene que conocer a adultos que lo miren con un afecto profundo y sean capaces de encender en él la chispa del deseo de belleza, verdad, justicia y felicidad. Solo viviendo ideales verdaderos, podrá percibir la utilidad de contribuir a la vida de cada uno, en el estudio, en el trabajo, hasta en la política. Por menos de esto se cansará, lo observo claramente con mis hijos. Por lo tanto, también en la política hacen falta testigos. Es la idea de política como caridad de la cual ha hablado últimamente el Papa Francisco. En una situación de falta de interés general, ante la creciente abstención, alguien puede comenzar a moverse y esto puede mover a los demás, empezando por juntarse. Ya se observan intentos en esta línea promovidos también por sujetos de inspiración cristiana. No es una cuestión de legos, porque para un cristiano, en todos los aspectos de la vida, incluso en la política, está en juego la naturaleza de la fe. Los plazos de las elecciones representan una ocasión para verificar el calibre de la fe en la vida, como capacidad de entender las necesidades de la gente y de imaginar respuestas adecuadas.

Otra emergencia, en parte relacionada con los jóvenes y el trabajo, es sin duda el descenso de la natalidad. ¿Qué medidas habría que proponer para fomentar la formación de nuevas familias?
La dificultad para formar una familia es la señal de lo que el Papa Francisco llama “cambio de época”. «Nunca traeré a este mundo un hijo. ¿Con qué coraje condeno a otro pobrecito a la infelicidad?», decía un joven durante una cena. Se trata de una crisis antropológica que ninguna reforma o ley podrá resolver, porque arraiga en la autoconciencia de cada uno y en la falta de una educación ideal de la persona. Por lo tanto, las políticas públicas deberían eliminar los obstáculos que impiden a muchos jóvenes formar una familia y que desaniman a quienes les gustaría tener hijos. Pienso, por ejemplo, en una política tributaria menos gravosa, una forma de compaginar trabajo y asuntos familiares, ayudas adecuadas para las familias numerosas, servicios de cuidado más accesibles y una mayor atención en las políticas de vivienda. La familia es un bien esencial para la sociedad, pero necesita protección. En términos positivos, cada intervención publica no debería prescindir –según una perspectiva subsidiaria– de las iniciativas de personas y realidades sociales que construyen respuestas a los problemas desde abajo.

(de Avvenire, 7 de enero de 2018)

*vicepresidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación