Presentación de "A beleza desarmada" en Sao Paulo (Brasil)

Brasil. Preguntas que no se pueden acallar

Petrópolis, Sao Paulo, Campina Grande. Tres etapas del norte al sur del país presentando la edición en portugués de “La belleza desarmada”. Y «esto es solo el principio...»
Isabella Alberto

En Brasil, como en otros lugares del mundo, hablar del libro de Julián Carrón La belleza desarmada puede ser una ocasión de encuentro con personalidades de los ámbitos más diversos de la cultura y de la vida social. La edición en portugués la presentó el propio autor el año pasado en Sao Paulo. Desde entonces, se han organizado otras citas similares en distintos lugares, de norte a sur. En septiembre, seguimos a Marco Montrasi, responsable de CL en Brasil, por tres ciudades.



Entre tantas noticias de conflictos e intolerancias, por fin una invitación a participar de un diálogo. El primero fue en la Universidad católica de Petrópolis. Ante un público formado en su mayoría por estudiantes de psicología, Montrasi se confrontó con el sociólogo José Roberto Cosmo. Tras una introducción sobre los contenidos del libro, se tocó el tema de la educación. Thais, una alumna de instituto, planteó una pregunta y después escribió a los ponentes dándoles las gracias por cómo la habían provocado en la necesidad de mirarse a sí misma. «Para algunos, esto podría ser algo insignificante, pero gracias a eso mi yo se ha transformado. Me he descubierto pensando de un modo distinto, me siento mejor. He empezado a creer que mi yo tiene un gran valor, que soy especial a los ojos de otras personas». Montrasi destacó el hecho de estar llamados a una vida que tiene un horizonte grande y que sin el compromiso con uno mismo lo más fácil es acabar cayendo en la desesperación.

Petrópolis, Marco Montrasi y José Roberto Cosmo

Otra protagonista fue Cleuza Ramos, de la Asociación de Trabajadores Sin Tierra de Sao Paulo. Cleuza organizó un encuentro para doscientas personas. Decidió limitar el aforo –en comparación con los grandes números que maneja en la asociación– para poder dialogar mejor. Se dieron cita profesores, directores de centros educativos y otros amigos. También aquí el tema candente fue la educación. Al principio se proyectó un video con varios momentos de las presentaciones del libro en todo el mundo para ayudar a los presentes a conocer a Julián Carrón y el alcance de su propuesta. Cleuza habló de su amistad con este sacerdote español y cómo el encuentro con CL en 2004 le cambió la vida. «Volví a descubrir el gusto por la vida, el valor de la relación con mi marido, y comprendí que no estoy llamada a salvar el mundo, solo soy dueña de mi sí». Para terminar con una invitación a «leer este libro, que es un don para cada uno de nosotros. Con esta lectura podemos encontrarnos con personas que nos ayuden en el camino».

Sao Paulo, Cleuza Ramos habla del libro de Julián Carrón

Montrasi agradeció la ocasión de poder estar allí, porque encontrarse con esta platea supone «una gran ayuda para volver a ser más sencillos, recuperar la mirada de un niño». Y añadió: «Desde el momento en que nos levantamos, hay como un río que nos empuja a alejarnos de lo más importante que tenemos: nuestro ser. Pero cuando sucede algo, algo único, entonces vibramos, y pase lo que pase nada ni nadie nos lo puede quitar». Al terminar el encuentro, se sirvió un cóctel para poder conocer a la gente que había acudido, gente que compraba el libro y pedía saber más de este movimiento que para la mayoría era una novedad. «Esto es solo el principio», dijo Cleuza.

Campina Grande, a la derecha Félix Araujo Filho, exalcalde de la ciudad

El tercer encuentro tuvo lugar en Campina Grande, en el estado de Paraíba, al noreste de Brasil. Esta ciudad, con más de cuatrocientos mil habitantes, alberga a una pequeña comunidad de CL, presente desde 1997 y muy activa. Para hablar de A beleza desarmada invitaron a un importante abogado penalista, exalcalde de la ciudad, Félix Araujo Filho. El acto comenzó con dos canciones populares, luego Araujo tomó la palabra. Estaba entusiasmado por la lectura, por la sorpresa y novedad que supuso para él. Le provocó hasta el punto de leer varias veces el libro. «Carrón nos hace un reclamo muy vivo y profundo. Hemos visto caer un sistema de valores predicados por el cristianismo, que unía a América y Europa, pero también mi casa y mi persona. ¿Qué está pasando?». Analizó tres historias que conoció en las redes sociales, mostrando cómo la vida de las personas ya no se considera como un valor.

En la segunda parte, Montrasi presentó el tema de la educación, no como una transmisión de nociones sino como una introducción que nos abre a cosas nuevas, que nos lleva a un territorio desconocido. «Mi perspectiva se ensancha y eso hiere, así es la verdadera educación. Necesitamos personas que sepan hacer esto, ampliar nuestro deseo». Es una preocupación que no solo debe afectar a los jóvenes, sino también a los adultos. Subrayó la necesidad de dejarles tiempo para aprender, y no acallar sus preguntas pensando que son cosas ya sabidas. Así la vida es más hermosa, se llena de color.

Cena tras la presentación en Campina Grande

Durante las preguntas del público, la jueza Adriana Lins se acercó pidiendo ayuda. Le preocupaba no saber dar respuestas. Montrasi la desafió, en vez de responder, a dejar abierta la pregunta y mirar cómo actúa el Papa Francisco. Volvió a la imagen del cambio de Zaqueo, que era el jefe de los publicanos y no se convirtió gracias a un discurso, sino porque Jesús quiso acercarse a su casa. «Ahora, las posiciones respecto a la verdad están tan polarizadas que no se pueden explicar, se vuelven dialécticas. Cada vez más, la verdad se comunicará mediante nuestro modo de vivir y no mediante explicaciones. (…) La cuestión es desear acercarse al otro, sin tratar de convencerlo». Al terminar el encuentro, la gente estaba entusiasmada. Allí había de todo, muchos habían invitado a familiares y amigos, las edades eran muy diversas, pero estaban juntos, marcados por algo nuevo que había sucedido.