París, Bruselas, el miedo no vence

Caterina vive en París para obtener un doctorado de investigación en Historia del Arte. Ella y sus amigos conocieron el pasado mes de octubre a Sor Marie Jo, camerunesa, enviada a París por su congregación para acompañar allí a los inmigrantes. «Teníamos la exigencia de verificar las palabras del Papa, al darnos cuenta de que ante este problema no podemos esconder la cabeza bajo tierra. Lo importante, según Sor Marie, es partir de lo humano».

Así pusieron en marcha, con ayuda de la diócesis en los locales de una parroquia, «una de las realidades territoriales más complejas, intentando prestar atención, como les indicaba Sor Marie, a que cada uno de ellos tuviera ante todo un “encuentro”, ayudándoles también con los trámites oficiales para obtener permiso de asilo, así como cursos de alfabetización y apoyo psicológico. Aunque no siempre consiguen atender todos sus problemas, su mayor exigencia es la de ser acogidos, y estando con ellos nacen verdaderas relaciones de amistad».

Rosanna Pelosi es profesora de italiano para la embajada de Italia situada en Molenbeeck, barrio conocido por las noticias de atentados terroristas cometidos hace unos meses. «El extremismo islámico nace en muchos jóvenes por la radicalización de su búsqueda de su propio origen, y esto genera en ellos inseguridad. Estos hechos han suscitado en mí la exigencia de volver a los orígenes de nuestra fe para que sea ocasión de diálogo con otras culturas, y me lleva a intentar conocer mejor a los jóvenes a los que doy clase, y a mí misma».