De izquierda a derecha: Veronica Squinzi, Alberto <br>Sportoletti, Giorgio Vittadini y Gigi Petteni.

La persona en el centro del trabajo

Alessandro Giuntini

Según el informe sobre el futuro del trabajo que se presentó en el último Foro Económico Mundial de Davos, el desarrollo tecnológico hará que desaparezcan siete millones de puestos de trabajo en todo el mundo de aquí a 2020, sobre todo en los sectores de la construcción y la producción. Además, cambiarán las competencias y las habilidades exigidas en el mercado. ¿Cómo afrontar esta "cuarta revolución industrial", como la ha llamado Davos? ¿Estamos condenados a un desarrollo que ya no necesitará el trabajo de las personas?

Estas son algunas de las cuestiones que se abordaron en el congreso "El hombre, un recurso", celebrado en Milán, con un diálogo a cuatro entre Giorgio Vittadini (Fondazione per la Sussidiarietà), Veronica Squinzi (Manager Mapei), Gigi Petteni (Confederación Italiana de Sindicatos Laborales) y Alberto Sportoletti, presidente de la asociación Retemanager, organizadora del encuentro. Junto a numerosas entidades, muy diferentes entre sí, procedentes del ámbito sindical, empresarial y directivo, hablaron de lo que «no solo es una preocupación nuestra, sino de todos», afirmó Fausto Fossati, socio fundador de Retemanager.

El acto se vio motivado por el décimo aniversario de Retemanager. Diez años en que esta asociación ha acompañado y ayudado a numerosos equipos y directivos que se habían quedado sin empleo en la búsqueda de un nuevo trabajo. ¿Cómo? «Preparando el currículum, ayudándoles a entrar en una red de relaciones y volver a ponerse en movimiento, acompañándoles uno a uno», todo de manera gratuita y voluntaria. Y ha funcionado, puesto que muchas veces «ellos solos conseguían un empleo, sencillamente poniéndose en marcha y empezando a comparar las exigencias del mercado con las propias competencias».

A partir de esta experiencia, continúa Fossati, «con este congreso queríamos dar nuestro contribución en el tema del malestar laboral». También debido a las preocupantes perspectivas laborales provocadas por el desarrollo tecnológico, ¿cómo caminan juntos desarrollo y empleo? Durante el congreso salió a la luz una posible respuesta: poner en el centro a la persona.

«Hoy el problema no es el recurso humano sino el hombre como recurso», afirmó Giorgio Vittadini, citando a François Michelin. Por tanto, el hombre no puede considerarse solo en función de lo que se puede obtener de él, sino también como alguien capaz de afectos, relaciones y portador de ideales. Un tema sobre el que también está insistiendo mucho el Papa Francisco, como se vio recientemente en un encuentro que tuvo con los representantes de la patronal Confindustria: «Que en el centro de cada empresa esté el hombre (...) con sus sueños, sus necesidades, sus esperanzas, sus cansancios».

Qué significa para una empresa poner en el centro a la persona lo explicó Veronica Squinzi. Su empresa, Mapei, a pesar de la crisis del sector de la construcción, ha conseguido seguir creciendo, dedicando el 12% de su personal y el 5% de su facturación a la investigación y el desarrollo. Es una empresa familia, no solo en términos de propiedad, sino porque «creemos que es una gran familia, en cuyo centro están la persona y las relaciones». De ahí la importancia de los cursos de formación y desarrollo de habilidades, «desde el obrero hasta el director», pues son la base del desarrollo de la propia empresa.