"Queríamos matar a los cristianos"

Kamran Chaudhry

Esta mañana la ciudad de Lahore parece desierta, con los mercados y las escuelas cerradas en solidaridad con las víctimas del atentado suicida de ayer, que causo 72 víctimas, la mayoría mujeres y niños, y 350 heridos. Ehansullah Ehsan, portavoz del Tehreek-e-Taliban Pakistán, Jamaat ul Ahrar, uno de los varios grupos de la galaxia talibán en el país, se atribuyó la responsabilidad por el ataque y la motivación: "Queríamos atacar a los cristianos que estaban celebrando la Pascua".

De hecho, este año, el gobierno de Punjab reconoció la fiesta del Domingo de Pascua como feriado laboral, y muchas familias cristianas de los suburbios aprovecharon la oportunidad para visitar Lahore, o para dar un paseo por el parque Gulshan-e-Iqbal, el lugar del atentado, en la zona adyacente a los juegos infantiles, donde también estaban presentes familias musulmanas con sus hijos pequeños.

El Padre Morris Jalal, sacerdote en Lahore, confirma que en la explosión suicida "muchos cristianos fueron asesinados" y afirma: "En lugar de objetivos difíciles y duros [cuarteles, militares, etc.], los terroristas ahora apuntan a un blanco fácil. Ellos usan bombas suicidas para asegurarse un máximo de víctimas en el menor tiempo posible".

El P. Emmanuel Yousaf Mani, director de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, dijo: "Estamos en una situación similar a la de Siria. Los terroristas son seguidores de una religión de terror. No respetan ni a cristianos ni a musulmanes. Ellos piensan que tienen licencia para matar incluso a familias y niños".

Desde ayer por la tarde, los hospitales de la ciudad están llenas de familiares de los muertos y heridos. Una mujer musulmana de edad avanzada, que perdió a su hijo de 21 años y a su nuera, maldice: "¿Qué pasará con el atacante en el día del juicio? ¿Va a ser perdonado en presencia de Allah? ¡Que Dios nos dé la fuerza para tomar venganza ese día! ¡Que nos sea permitido oscurecer sus rostros!".

Arif Masih, un joven cristiano que estaba en el parque con su familia, dijo: "Había sangre por todas partes y cuerpos despedazados; estuve a punto de desmayarme". Una mujer cristiana, Asma Masih en lágrimas, aún no sabe nada acerca de lo que pasó con sus hijos: "Mi mundo se ha acabado...Mis insistieron para ir jugar al parque, y ahora no puedo encontrarlos. Lo perdí todo".

El jefe de la policía de Lahore, Haider Ashraf, dijo que en el ataque se utilizaron unos 20 kilos de explosivos, que había cuatro terroristas; tres lograron escapar, uno se inmoló.

De acuerdo con datos preliminares, se trata de Muhammad Yousaf, entre 22 y 25 años de edad, hijo de un vendedor de verduras de Muzaffargarh (Punjab), que pasó algún tiempo en una madrasa [escuela islámica] de Lahore.

Muchas personas, cristianos y musulmanes, están visitando los hospitales para donar sangre para los heridos, lo cual muestra el deseo de permanecer unidos contra el extremismo. También hay personas que critican la falta de personal de seguridad y están insistiendo en que el gobierno provea la presencia de fuerzas especiales [Rangers].

El primer ministro Nawaz Sharif, se acercó a los hospitales de Lahore y visitó a los heridos, prometiendo una lucha frontal contra los terroristas. El Gobierno de Punjab anunció tres días de luto.