El Cartel de Navidad 2015

Giuseppe Frangi

«Es como un trozo de hielo en el que arde una llama». Así escribía Vasily Kandinsky en 1925, el mismo año en que realizaba este dibujo de tinta sobre papel, que hoy se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York. Habían pasado más de quince años desde su célebre primera acuarela abstracta de 1909. El arte de Kandinsky se ha vuelto aparentemente más frío y calculado. Son los años en que da clase en la Bauhaus, la famosa escuela alemana de arquitectura y diseño vinculada al racionalismo y al funcionalismo. También escribe un ensayo de teoría artística titulado Punta, línea y superficie. Este dibujo es la ejemplificación perfecta de su propósito: representar de manera clara y pura un dinamismo plenamente real y humano. Este dinamismo es la atracción que se ejerce sobre la línea (que es nuestra vida) desde un punto (el otro, el huésped inesperado). Algo que, por mucho que parezca desmaterializado en la representación de Kandinsky, produce, como él mismo escribió, «una vibración del corazón». Y quizás las curvas que acompañan la trayectoria se podrían leer como la representación de esta vibración...

Kandinsky en Madrid
La exposición Kandinsky. Una retrospectiva es una de las mayores muestras monográficas que se han hecho en España de la obra del pintor ruso. Cumplidos casi 150 años del nacimiento de Vasily Kandinsky (1866–1944), pionero del arte abstracto, la muestra recorre los periodos clave de su vida. El recorrido es cronológico y se desarrolla a lo largo cuatro secciones: Munich 1896–1914, Rusia 1914–21, Bauhaus 1921–33, París 1933–44.

La lógica de Kandinsky, alguien que conmocionó el mundo del arte aplicando criterios objetivos para suscitar las más profundas emociones, queda enmarcada para la posteridad en esta exposición que albergan las salas del Centro Cibeles de Madrid.
El centenar de obras –óleos, tintas, gouaches, grabados…– procedentes del Fondo Kandinsky del Museo Nacional de Arte Moderno-Centro Pompidou de París se despliega en cinco grandes salas sobre la base de una sobria escenografía de fondos blancos, azules y negros. Los paisajes posimpresionistas primero, las frías geometrías después, y los inquietantes elementos zoomórficos por fin, asaltan y desasosiegan al visitante que se preste al juego.
Kandinsky. Una retrospectiva, que antes pasó por Milán, Milwaukee y Nashville, es un verdadero acontecimiento en la temporada de exposiciones.