La actualidad de Don Giussani

María Serrano

Hace ya diez años que murió Luigi Giussani. Un hombre que dio respuesta a los problemas de su tiempo, aunque tuvo que confrontarse con dos generaciones muy diferentes: la existencialista de la posguerra y la contestataria e ideologizada de la revolución del 68. Pero en esta era postmoderna, ¿siguen su pensamiento y su método educativo vigentes? ¿Es apropiada la propuesta de Don Giussani hoy?

"No se trata de preguntarnos qué haría o diría Giussani hoy, sino de ver qué hizo y qué dijo en su día. Esto es lo que Julián Carrón nos pide. Giussani descubrió, como afirma Camisasca, lo que con tanta dificultad vemos en la actualidad: que el tiempo de la modernidad es parte del pasado", ha explicado Gianni Riotta, editorialista del diario italiano La Stampa, en un diálogo titulado "Encontrarse con Don Giussani hoy" moderado por Alberto Savorana, portavoz de Comunión y Liberación, en el Meeting de Rímini. "Los detractores de Giussani le atacaban con reclamos pequeños, con polémicas caducas del día a día, incapaces de tener una visión de conjunto", ha continuado el periodista. "¿Cómo podemos nosotros evitar mirar las cosas pequeñas y guardar nuestra atención solo para las grandes? Lo más importante es hacernos preguntas, lo importante es el movimiento, el seguimiento. Porque el rechazo al diálogo es más fuerte hoy que hace 30 años, una paradoja del mundo contemporáneo, en el que se confunden las ideas de uno con su persona, se demoniza y caricaturiza al otro, se elimina al diferente".

Massimo Borghesi, profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Perugia y autor del libro Luigi Giussani. Conocimiento amoroso y experiencia de la verdad. Un itinerario moderno, afirma que solo es posible que nos encontremos con Don Giussani hoy si su propuesta es capaz de atravesar el tiempo. "Él ha encontrado una sensibilidad no reactiva, actual, porque el cristianismo ya no se realiza como posiciones fijas que hay que defender, no se relaciona con lo nuevo como pura antítesis: el cristianismo es principio de redención, asume lo nuevo salvándolo". En esta línea, el filósofo afirma que el sacerdote critica la modernidad con una sensibilidad moderna, pero critica también el antropocentrismo, la pretensión del hombre de salvarse a sí mismo, "y por ello se identifica con personajes como Leopardi o Pavese: porque sus preguntas son las mismas".

Pero si en 1954 la invitación de Comunión y Liberación era a redescubrir la riqueza desconocida de la tradición cristiana, lo único que nos queda hoy es el encuentro, un testimonio humano. Y por ello, según Borghesi, la propuesta de Giussani es moderna: "porque su comunicación de la fe, su método, pasa a través de estas dos categorías modernas: el sentido religioso y la experiencia. El primero posibilita un diálogo con todos -pues es innato a la naturaleza humana-; la segunda, para la que no encontraba referencias en el pensamiento cristiano previo, ofrece una respuesta, una correspondencia entre el deseo y lo que vivimos cada día". Así, para Giussani la verdad se confirma en la libertad, "el yo se redescubre en la confrontación con la verdad, pero la adhesión es libre". El filósofo continúa argumentando la contemporaneidad de Don Giussani con una tercera categoría en la que el sentido religioso y la experiencia se vuelven operativos: el encuentro.

"Algo que he aprendido de Comunión y Liberación es que el encuentro es un estupor, una categoría que te pone en camino que despierta tu curiosidad, que te acerca a la verdad. Así empezó mi recorrido: con este asombro nacido de un encuentro con ellos, aunque yo estaba seguro de que ese encuentro jamás se produciría", ha desvelado Pietro Modiano, presidente de la empresa Sociedad Ejercicios Aeroportuarios. El mismo Modiano, con su itinerario comunista militante, ha sido el primero en dudar de su legitimidad para hablar de Don Giussani, "pero como Leopardi, había entendido que el núcleo de la humanidad es la lucha entre lo finito y lo infinito, entre el insaciable deseo de mi corazón y la experiencia del límite". Como alguien externo a Comunión y Liberación, lo percibía como un lugar donde se producía un "exceso de cohesión", un "integrismo autorreferencial". "Pero entonces lo conocí y dije: ¡este es el lugar de la libertad! Porque la verdadera libertad garantiza un espacio donde uno se puede preguntar, sin censurar nada, qué hay más allá de los límites de lo humano", ha explicado Modiano, que con su sinceridad ha conseguido ser interrumpido en numerosas ocasiones por los asistentes al Meeting.

Alberto Savorana, portavoz de Comunión y Liberación, quiso cerrar el encuentro contestando a Modiano: "¿Quién eres tú para estar aquí? ¿Y quién soy yo? Solo el Señor sabe lo que hace con nosotros. Yo ya he encontrado la respuesta; tú aún sigues buscándola. Pero que sepas que Don Giussani siempre decía que el que busca de forma auténtica e incesante, de alguna forma ya está salvado".