Palacio de Justicia de Milán.

«El significado de nuestro trabajo»

Hace algunos días, en nuestro Palacio de Justicia se cometió un acto de violencia inaudita por parte de una persona "normal" que, para afirmar su propia necesidad de justicia, cometió una injusticia incomparablemente mayor que la que decía haber sufrido, quitándole la vida a personas inocentes que estaban allí haciendo su trabajo.

Ante la herida abierta en nuestra conciencia por este gesto de maldad, cualquier intento justo de dar una explicación a las causas (crisis económica, soledad, locura) y de tomar medidas preventivas (mejores sistemas de seguridad), resultan insuficientes para dar razón de lo que ha sucedido. En el fondo, no podrán hacer justicia a las víctimas ni a sus familiares.

Sin la perspectiva de un bien, en nuestra vida prevalece el vacío, la nada; y si todo es nada, las personas que están a nuestro lado también son una nada que se puede ignorar, un enemigo que incluso se puede eliminar violentamente si supone un obstáculo para mí (o si tengo que "vengarme").

Por tanto, podemos volver a nuestro trabajo intentando olvidar las profundas preguntas que suscitan hechos tan trágicos, o bien tomarlas en serio y preguntarnos por dónde volver a empezar.

Hoy como nunca percibimos la exigencia de una convivencia humana en la que cada hombre, incluso el que viva la más infausta de las situaciones, pueda ser ayudado a mirar al otro ya no como un obstáculo o un enemigo a abatir, sino como un bien que permite vivir la plenitud de nuestra humanidad y la positividad de la realidad.

Para quien, como muchos de nosotros, es cristiano, la Pascua es el acontecimiento de un Hombre que, después de sufrir un proceso injusto y una muerte atroz, resucitó para decirle a todos que la muerte, y por tanto ningún "fracaso", ningún delito, ningún mal, tienen la última palabra.

Partiendo de este anuncio y de la positividad que introduce, deseamos confrontarnos y aprender de todas las personas de buena voluntad para hacer cada vez más justo y humano nuestro trabajo y el contexto social en que vivimos.

En esta perspectiva, se concibe la tarea de todos aquellos que trabajan en el ámbito de la justicia, conscientes de que esta es ante todo instrumento para la afirmación de un bien común, es decir, una trama de relaciones donde la persona debe ser afirmada en primer lugar. Hace falta que nuestro trabajo no quede reducido a puro tecnicismo, sino que tome en serio la exigencia de justicia que nos plantea cada uno de los que se dirigen a nosotros.

Esta es la gran tarea que nos espera.
Ayudarnos y educarnos en esto es la primera contribución que podemos ofrecer a la construcción del bien común.

LAF - Libre Asociación Forense
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