Un voluntario de Encuentro Santiago.

«Para mostrar la belleza que hay en el mundo»

Bolívar Aguayo

La ciudad de Santiago con sus acelerados 5,5 millones de habitantes, expresión de modernidad y riqueza, comienza a ver palidecer últimamente sus ranking económicos. Han hecho bien los jóvenes publicistas de ES en poner en el centro de los manifiestos la figura de la Virgen del Cerro de San Cristóbal, protegiendo la ciudad desde la cima.

Encuentro Santiago es una feria cultural, instalada por primera vez en el Campus Lo Contador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica, un espacio de diálogo donde aprender a mirar las cosas, donde «comunicar gratuitamente lo que se ha recibido gratuitamente». Las diversas citas, desde la muestra sobre Gaudí y la Sagrada Familia hasta los temas de mayor actualidad como educación, trabajo y empresa se descubren en diálogo con la representación teatral de los Coros de la piedra y los conciertos de canto, así como la presentación del libro Por qué la Iglesia de don Giussani.

La presentación de la muestra " Moved by Beauty" sobre la Sagrada Familia por parte de Chiara Curti, que vino especialmente para este evento, inauguró ES, los asistentes, que en su gran mayoría eran jóvenes estudiantes de arquitectura, quedaron sorprendidos por la genialidad de Gaudí, tan famoso como poco conocido en nuestro país. El viernes se presentó el libro de Giussani y el sábado por la mañana, segunda exposición sobre Gaudí, esta vez con Diego Giordani desde España.

Los encuentros desde el sábado se sucedían unos tras de otros, con el espacio justo para comer algo, saludar a los amigos recién llegados y desplazarse a la próxima cita. Una intensa oferta para tres días, que desafía nuestros hábitos del "fin de semana para la familia" o bien el consabido "como máximo una sola cosa", pero este menú cultural es contracorriente.

La educación está en la agenda del país, con una reforma en el Congreso ad portas que ha polarizado al país. ¿Qué se quiere alcanzar? Una sociedad más equitativa e igualitaria para todos, a través de una ley que elimine el lucro, impida cualquier forma de selección de alumnos y no permita que los padres aporten económicamente a las escuelas. Proyecto al que se resiste gran parte de la ciudadanía. En este contexto un grupo de educadores que ya había lanzado el manifiesto "No nos dejemos robar el amor por la escuela", (citando al Papa Francisco), propuso una mesa redonda titulada "En la sociedad de la equidad, ¿quién educa?". El salón terminó repleto, con gente de pie expectante.

Anna Frigerio, del instituto Sacro Cuore de Milán, afirmó que «hoy solo es posible la educación como la comunicación de una experiencia, como el dilatarse de la certeza de un vínculo con otro significativo para mí, alumno o amigo». Su cálida voz se hizo firme al sostener que para ella ha sido una verdadera revolución descubrir la educación como la experiencia de desafiar a la razón a través de todo lo que acontece. Educa solo el testigo.
María Luisa Vial, 83 años, educadora carismática, escritora y fundadora de obras educativas, planteó una pregunta: «¿Cómo se despierta el interés real en el otro? ¡Este es el problema de la educación! Mirar es celebrar lo que existe, esta es la verdadera actitud del educador que imita a Dios. Educar es amar un bien arduo, hay que sufrir para educar. El secreto de la educación está en amar a los profesores con los que se trabaja». pocos en Chile tienen tanta autoridad para hablar así.
Mariana Aylwin, ex ministra de Educación, directora de una corporación educativa e investigadora, intervino mediante un video, pues un compromiso le obligó a viajar pero no quiso faltar a esta cita: «en la educación lo que está en el centro son las personas, no las estructuras. A esta reforma le ha faltado poner el acento en los profesores, los alumnos y los padres. Se ha querido dibujar una educación en una página en blanco, como si Chile no fuera una página llena de historia».

El patio de comida se inunda y se comienza a llenar el salón para el concierto "La alegría del canto y el baile latinoamericano". Primero los cantos y después los bailes folclóricos, al final el público se atreve no a solo cantar, sino también a bailar. Paula, Cae y Javier comentan: «¿Por qué mantenernos juntos cantando en medio del trabajo y las dificultades de cada uno? No hay otra pretensión más que ofrecer a las personas la belleza que hay en el mundo, y que para nosotros coincide con la música. Esto es lo que pasa a través de nosotros: la belleza de algo verdadero». «La música –dice Paula– permite mirarse de nuevo y reencontrarse... ser amigos otra vez». Así es, como dicen ellos, su grupo, de ocho músicos de las edades más diversas: «la gente que canta se encuentra».
Son las 23:30h y la escuela de arquitectura queda desierta pero impregnada del sabor de una auténtica fiesta.

El domingo, día de clausura, a las 9:30h se jugaba la final del campeonato de baby-fútbol y a mediodía se celebró el foro sobre "El trabajo: experiencia del yo en acción". La sala se fue llenando tímidamente hasta completarse, hubo gente que se quedó fuera y miraba sorprendida cómo dos grandes empresarios, uno del ramo de la energía eléctrica, Carl Weber, el otro Juan Francisco Lecaros, exponente de la gran empresa y del sector non profit, junto a la Madre Irene, fundadora del Hogar del Buen Samaritano que acoge a 400 enfermos terminales, se medían con las preguntas planteadas por Daniele, moderador del foro: ¿a quién responde el hombre en el trabajo?, ¿cómo se puede aprender a trabajar hoy día, que todo parece ya saberse?
Es domingo y hablan del trabajo, como si hubiesen descubierto algo nuevo, como si emprender fuera trabajar y trabajar fuera emprender... Lo que está en juego en el trabajo es la relación con los trabajadores, es la posibilidad de que acontezca un reconocimiento del valor del otro para cada uno, porque la diferencia ya no está en el salario, en un país con pleno empleo, la gente puede irse y se va por cualquier razón, no es el dinero lo que marca la diferencia. ¿Qué marca la diferencia?

Toma la palabra la Madre Irene, cuyos hogares para enfermos terminales están presentes en Chile, México, España y Colombia. Amada y venerada por muchos, se ha convertido en una especie de leyenda de la caridad: «nosotros recogemos a todos los enfermos que los demás no quieren. En el enfermo está Cristo, y el sacrificio de atenderlo es una ganancia, se atiende a Cristo en el enfermo y se enseña a trabajar mirando el valor del otro. ¿Y dónde está la dignidad del enfermo?». Lanza esta provocación mientras discretamente se mueven en el Congreso las piezas para una ley de eutanasia, los diarios aún no dicen nada, salvo que las encuestas muestran a casi todos de acuerdo.
Al final, ovación a su testimonio, inesperadamente después del cierre la gente le pide su bendición a los presentes. Por un momento el formalismo chileno ha cedido frente a una presencia tan frágil en lo físico como contundente en su fe. «No aceptamos que a los enfermos se les trate como mercancías», concluye, «también el jefe de la masonería de la ciudad de Molina ha sido acompañado en sus últimos días de vida dentro del Hogar». La gente parece que no quiere irse, y ella a sus 87 años tampoco, derrocha atención para todos.

Después de la misa final, el almuerzo transcurre al aire libre. Finalmente la primavera se deja ver, mientras un grupo musical rinde un homenaje a Claudio Chieffo. Son los últimos momentos, son cerca de las 17 horas y la gente empieza a irse. Los voluntarios comienzan ahora a desmontar y trasladar muebles y útiles mientras comienzan a hipotizar cómo será el próximo Encuentro Santiago.