Un sujeto para el desarrollo

Carla Vilallonga

Alexander vive en Quito. Sus muchos esfuerzos le están permitiendo estudiar en la universidad. Sus compañeros de clase no han tenido esas dificultades para poder estudiar. ¿Son entonces ellos más afortunados? “Sólo sé que ellos son ricos y yo no, pero yo soy feliz, y eso no lo he visto en ellos”, le contó una vez el joven ecuatoriano a una amiga suya.
Esta amiga es Stefania Famlonga, cooperante de la ONG internacional AVSI en Ecuador, quien ayer estuvo presente en el Meeting de Rímini en un encuentro que giraba en torno a la pregunta: “¿Qué es la pobreza?”, y a qué es necesario para que un sujeto se desarrolle.
Stefania contó cómo cuando llegó a Ecuador se encontró con una sorpresa: aquellas personas, analfabetas en su mayoría, “tenían una humanidad de la que yo carecía”. Del mismo modo, cuando la comunidad en que trabajó empezó a emprender iniciativas propias, tenían capacidad de trabajo y Stefania se planteó marcharse, se dio cuenta, gracias a un amigo, de que “lo mejor empezaba ahora. ‘La vida es tener éxito’, me dijo él; ‘pero, sobre todo, es compartirla’. Esa nueva etapa en Ecuador está siendo extraordinariamente enriquecedora: antes el cristianismo no era mío aún; ahora vivo de otra forma”. Y es que estos amigos de Pisulí, o a través de ellos, el corazón de Stefania, que en un principio era la “rica europea que iba a enseñar algo a los pobres”, ha sido cambiado. Las mujeres de Pisulí, habiendo sido muchas de ellas víctimas de violencia doméstica, gracias al estar allí de Stefania han comprendido mejor la vida, habiéndoseles abierto un horizonte que no habrían imaginado nunca: “Sin gritos, insultos y violencia la vida puede ser mejor. Con Stefi y Amparito (otra de las mujeres, que ahora lleva una empresa propia) entiendo que Dios está aquí. Ahora hablo abiertamente. He encontrado una presencia gracias a la cual he deseado convertirme en alguien diferente”.
El periodista John Waters, para poder abordar la cuestión que le lanzó el Meeting, aceptó la invitación de AVSI a visitar previamente Pisulí (Ecuador), Kenia y Brasil. Con la pregunta sobre la pobreza en el corazón, Waters emprendió el gran viaje. En todos los países vio un grupo de personas comprometidas, pero también “algo más”. En Ecuador, las mujeres; en Kenia, los hombres. Y los niños. ¿Y qué es ese algo más? “La respuesta está cuando entras en la exposición de AVSI en el Meeting: lo primero que ves es la sonrisa de un niño. De un niño con una historia concreta, cargada de dolor; pero un niño al que alguien le ha dicho que es único, vivaz, extraordinario. Y que lo ha creído”.
Así, Waters señalaba que el sistema para salir de la pobreza, tanto espiritual como material, es “la mirada al otro, que es lo que cambia”. El periodista irlandés, que creció en una casa sin electricidad ni agua corriente pero sin concebirse jamás como un pobre, añadió: “En estos viajes he descubierto que he comenzado a caminar en una senda en que sólo puedo crecer”.
Davide Perillo, director de Huellas Italia, concluyó con el juicio de que “Esa mirada de la que han hablado tanto uno como otro nace de la presencia de Cristo, que es quien dicta el modo de hacer las cosas”. Convencido de que la grandeza del hombre no tiene que ver con la amplitud, sino con la profundidad; no con lo que se tiene, sino con el significado de las cosas, Perillo quiso hacer ver al público la diferencia entre dar al otro migas de pan, “que sólo sirven para apagar el hambre”, y plantar semillas: “sembrar, que es más fatigoso, permite, poco a poco, ir viendo la belleza que se da cuando brota lo humano”.