«Dios nunca deja de buscarnos»

Paolo Perego

Tocata y fuga en un día. Para ver el Meeting, donde están sus amigos, explica Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, a quien le pregunta a qué se debe su visita. Todavía ha visto poco de la Feria. El encuentro con el arqueólogo Giorgio Buccellati e Ignacio Carbajosa, sobre Dios en la historia antigua, y la exposición sobre Charles Péguy. Pero ha distancia ha seguido todo lo que sucedía en el Meeting, aún se declara conmovido por el padre Pierbattista Pizzaballa, al que llama amigo «por esa mirada redentora hacia la realidad» que ha mostrado en su intervención. Y también le ha impresionado el Papa y su mensaje.

Carrón, ¿por qué las periferias? ¿Por qué hay que descentrarse, como ha dicho el Papa Francisco, para encontrarse con Jesús? ¿No basta lo que vivimos? ¿Qué nos queda por descubrir?
Salir a las periferias es la modalidad a través de la cual podemos encontrarnos con Jesús. Siempre me ha llamado mucho la atención cuando don Giussani decía que en el encuentro con Jesús lo tenemos todo. Pero qué significa ese “todo”, qué significa Jesús, lo descubrimos en el choque o en el encuentro con las circunstancias. Es decir, con las periferias. Pero nosotros pensamos que las periferias son un añadido, algo que nos distrae. En cambio, esta es la única modalidad con la que, afrontando la vida, las circunstancias, los desafíos, podemos entender qué es Cristo. Sin esta verificación de Cristo en cada periferia, no podemos entender quién es él. Por eso nos conviene seguir al Papa. Si no es así, creeremos haber conocido a Jesús, pero no le habremos conocido.

El destino no ha dejado solo al hombre. En el encuentro al que ha asistido se ha visto claramente cómo la presencia de Dios es una constante en la historia de la humanidad. El destino nunca ha dejado solo al hombre…
Benedicto XVI dijo que Dios nunca es derrotado. Es decir, vuelve a empezar siempre, tomando nuevas iniciativas. Todos los hechos de la historia son nuevas iniciativas de Dios mediante las cuales busca, de formas distintas, al hombre. Lo vemos también ahora, en el presente, como lo hemos visto suceder en el pasado, como se decía en este acto: las continuas iniciativas mediante las cuales el Misterio busca al hombre, sea cual sea la situación en que se encuentre. Nunca se detiene. Porque Dios no depende de lo que nosotros llamaríamos las victorias, los resultados. Su punto de origen es otro. Él parte siempre de un amor ilimitado por el hombre. A pesar de que el hombre diga no, aunque responda de un modo inadecuado o a pesar de que le olvide, Dios nunca deja de buscar al hombre. Como tú no dejarías nunca de buscar a tu hijo, haga la estupidez que haga. Es sencillo. Nosotros podemos comprender a Dios si nos identificamos por un instante con lo que haría un padre por su hijo. Dios es este padre que no deja nunca de buscar al hijo.

El Papa nos ha invitado a un camino, indicando como único equipaje lo esencial y la realidad. ¿Qué significa esto para usted?
Lo esencial para nosotros es como el significado. Una presencia sin la cual la realidad no tendría significado. No todas las cosas son igualmente significativas para nosotros. Lo esencial es algo tan significativo que sin ello no se puede vivir. Es lo que nos permite entrar en cualquier aspecto de la realidad. Si hemos descubierto lo esencial, podemos entrar en cualquier oscuridad, en cualquier periferia, en cualquier aspecto de la realidad. ¿Qué tiene que vivir una enfermera, qué consistencia debe tener, qué cosa tan esencial debe haberle sucedido para poder entrar en una habitación donde hay un enfermo terminal? ¿Qué le permite entrar en esa oscuridad? Del mismo modo, ¿por qué ciertos cristianos siguen viviendo en Siria? ¿O por qué algunas personas se preocupan por los últimos de la sociedad? Debe haberles sucedido algo tan significativo que haga que para ellos ningún aspecto de la realidad pierda valor. Es más, adquiere todo su valor por eso esencial que han encontrado. Pero muchas veces parece que afirmar lo esencial va en contra de la realidad. O que afirmar la realidad va contra lo esencial. Gracias a Dios, nosotros, que hemos encontrado el cristianismo tal como nos lo testimonió don Giussani, y tal como aparece en el Evangelio, vemos que para Jesús afirmar lo esencial, afirmar su relación con el Padre, no era algo que le distrajera de ciertos aspectos de la realidad o del hombre. De hecho, era justo eso lo que le hacía interesarse por cualquier hombre. Por eso, lo esencial y la relación con la realidad van juntos. Sin tener una presencia tan significativa, tan esencial para nosotros, la realidad no nos interesa, porque no somos capaces de estar ante ella. De afrontar sus desafíos, ciertas oscuridades y ciertas cosas que nos desconciertan.