Dos mujeres de la asociación ''Parent's Circle''.

El perdón de Laila

Andrea Avveduto

«Cuando murió también David, su mejor amigo, mi hijo Elad cayó en la desesperación. En el mensaje que nos dejó antes de suicidarse, decía que no quería seguir viviendo en un país donde los hijos parecen estar destinados a una muerte sin sentido».

Es el relato de Roni Hirschenson, de la asociación Parent’s Circle. Ha perdido dos hijos: Amir, que murió en un atentado terrorista, y poco después Elad, que se quitó la vida porque no era capaz de soportar el dolor. «Nada en el mundo podrá devolverme a mi hijo», continúa Roni: «Pero es muy importante que podamos encontrarnos. Debemos permanecer juntos, palestinos e israelíes, en el camino que lleva a la paz». Mohammed Najiv, árabe de la franja de Gaza, perdió a su hijo Ashraf en 1996, en un enfrentamiento con soldados israelíes. Él es otro de los fundadores de esta asociación de “padres de luto”.

Son muchísimas las historias que se podrían contar de este extraño grupo de personas comprometidas por vivir la paz entre israelíes y palestinos. «Nosotros, que hemos perdido a nuestros hijos en una guerra entre dos pueblos, defendemos la paz. Nosotros, madres y padres, queremos llegar a un acuerdo entre ambos pueblos para que no le vuelva a suceder a nadie lo que sucedió a nuestros hijos». En los primeros años noventa, cuando nació la asociación, eran apenas una decena. Hoy son más de seiscientos. Todos padres que han perdido a sus hijos durante el conflicto palestino-israelí y que, sin embargo, han querido dedicar su vida al diálogo. «Empezamos a reunirnos venciendo las diferencias recíprocas y los prejuicios, y descubrimos con sorpresa que teníamos muchas cosas en común: sobre todo, un duelo y un gran dolor. Yo he perdido a un hijo; una amiga mía, una hija; otros a su padre, a su madre, a su hermana… Estamos sufriendo el mismo dolor aunque no hablemos la misma lengua».

El dolor no entiende de razas ni de idiomas, es idéntico para todos. «Del mismo modo que es igual», cuenta Osama, «nuestra sangre y nuestro futuro: queremos vivir en paz, sin guerras. Deseamos vivir en paz juntos. Palestinos e israelíes». No con teorías sino mediante acciones concretas.

Por ejemplo, han puesto en marcha una línea telefónica gratuita, llamada “Hello Peace!”, un proyecto financiado por la Unión Europea que permite a israelíes y palestinos hablar de reconciliación y de paz con gente “del otro lado”. Basta marcar desde cualquier parte de la Ribera Occidental el número 6364 para hablar con un joven israelí, y viceversa. «Antes de llamar no pensaba que a los palestinos les importase algo la paz», afirma Arik, «pero ahora sé que tienen el mismo deseo que yo». Sammy, un joven palestino, se quedó estupefacto al oír que «hay israelíes que odian estar en el check-point de guardia», y desde entonces empezó «a mirar a los otros de un modo distinto». Desde que comenzó este proyecto, hace casi un año y medio, se han registrado 400.000 llamadas. «Guau, pero es gente como yo»: suele ser lo primero que dicen después de haber colgado el teléfono.

Desde hace unos años también se hacen donaciones de sangre mezclada. Sangre palestina para socorrer a los heridos israelíes, sangre israelí para socorrer a los palestinos. Un equipo de Parent’s Circle recorre con una ambulancia todo el país, a pesar de que las restricciones de movimientos hacen cada vez más difícil este servicio. Pero es importante el mensaje: más que derramar sangre, es hora de donarla. Están convencidos de ello: «Tarde o temprano habrá que encontrar forzosamente una solución a este conflicto», concluye Roni: «No somos un partido político, solo somos gente que está intentando hacer llegar un mensaje a nuestros líderes: hay que actuar pronto para que otros no sufran más lo que hemos sufrido nosotros».

Laila perdió a dos de sus tres hijos durante la segunda Intifada. Les mataron cuando iban al colegio. Al verla, nos cuenta cómo aprendió a perdonar. A su hija, que le preguntaba por qué no odiar a los que habían matado a sus hermanos, le respondió: «Si además me pusiera a odiar a los asesinos de mis hijos, creo que ya no podría seguir viviendo. Amar es la única forma que tengo de estar en el mundo». Es la única forma para todos los padres de Parent’s Circle.