Nos conviene usar la cabeza

Carmen Giussani

«Cuando se da prioridad a la ideología, los hechos históricos se esfuman por la ventana». Así escribe el historiador británico Henry Kamen en un artículo publicado hoy 17 de enero en El Mundo. Prueba de ello, si alguna más hiciera falta, los titulares de los dos periódicos españoles mayoritarios hablando hoy, naturalmente, de hechos que se refieren a la Iglesia. Llama la atención, y hasta tiene cierta gracia, que los dos titulares digan exactamente lo contrario el uno del otro hablando de lo mismo.



Hace décadas renombrados teólogos – Congar, Chenu, entre ellos – aconsejaban a sus discípulos leer los periódicos, por la mañana, después de un rato de oración. El consejo se refería, evidentemente, al necesario conocimiento del mundo en que cualquier cristiano vive su fe. Hoy resulta pertinente el juicio que ya en 1976 don Luigi Giussani expresaba desde las páginas que recogen su conversación con el escritor y crítico de arte Giovanni Testori: «En efecto, cuando se estrecha a nuestro alrededor el cerco de una sociedad adversa que amenaza la vivacidad de una presencia verdaderamente humana, y cuando una hegemonía cultural y social tiende a penetrar en nuestro corazón y agrava nuestras habituales vacilaciones… es que ha llegado el tiempo de la persona».

Hoy resulta indispensable pertrechar la propia cabeza a partir de la experiencia y de la evidencia de la realidad, dejando en segundo lugar la lectura de los periódicos, como ejercicio obligado de juicio personal y de amor a la verdad. El principio para juzgar está dentro de la experiencia misma y esto nos hace libres de cualquier manipulación o, por lo menos, nos defiende de una mente “formateada” por una presión técnico-mediática cada vez más oprimente. Que nadie nos confunda, ¿de qué nos alimentamos a diario? ¿A qué escuela nos apuntamos para formar (que no formatear) nuestra mens?