Mesa redonda en la primera jornada del congreso.

A la búsqueda de la esperanza

Ignacio Álvarez

El pasado fin de semana, del 15 al 17 de noviembre, se celebró en Madrid el XV Congreso de Católicos y Vida Pública que organiza la Fundación Universitaria San Pablo CEU, bajo el lema “España: razones para la esperanza”.

Durante tres días la universidad pudo ofrecer un panorama eminentemente institucional de la situación de los católicos en España. Preocupados por la «activa presencia de los católicos en la sociedad frente al laicismo», el Congreso fue inaugurado entre otros por el Nuncio de su Santidad en España, Monseñor Renzo Fratini, que empezó recordando que «se ha olvidado que por encima de la lógica de los negocios hay algo que es debido al hombre en virtud de ser hombre». También el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, intervino señalando la importancia del compromiso en la esperanza cristiana y afirmó que dar «razones de vida y esperanza es una misión y un importante reto que tenemos todos».

En una esperada ponencia, el exdiputado y expresidente de Endesa, Francisco Pizarro, comenzó destacando la importancia para el cristiano en su tarea de seguir siendo sal de la tierra y luz del mundo. Durante su discurso, citó a Juan Pablo II en sus palabras de la Centesimus annus en las que afirmaba que la «negación de Dios priva de su fundamento a la persona y consiguientemente le induce a organizar el orden social prescindiendo de la dignidad y la responsabilidad de la persona». En medio de la crisis, señaló, es en lugares como los centros para desvalidos y los comedores sociales donde se nos recuerda que «aun cuando parece dormir, Dios está ahí», dijo Pizarro. El abogado del Estado afirmó que «es en la pervivencia del ser cristiano donde encontramos las razones de España para recobrar la esperanza» y aconsejó el «trabajo honesto y honradez cívica» como remedio a la crisis actual. Pizarro concluyó diciendo que «conocer al Dios verdadero es lo que da esperanza».

Más tarde fue Benigno Pendás, presidente del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, el que se encargó de hablar de esperanza en la política y lo hizo recordando la importancia hoy de aquella máxima agustiniana que insta a que «cada uno haga bien lo que tiene que hacer», en una mesa que compartió con la expresidenta del PP vasco María San Gil y el magistrado José Luis Requero. «España es una gran nación histórica, tiene muchas cualidades positivas», comenzó diciendo Pendás, «nuestra sociedad probablemente es mucho más madura de lo que parece, incluso más de lo que muchos desearían», sin embargo, la política hoy tiene sus dificultades en un mundo complejo y plural. Por su parte, el magistrado de la Audiencia Nacional, tras hablar de las deficiencias en el modelo legislativo y estatal, terminó reflexionando en torno a la naturaleza del problema que, lejos de identificarse con un prejuicio general sobre la sociedad, encuentra más bien su fundamento en la «moralidad de las personas», sólo allí podría emprenderse una verdadera regeneración. María San Gil concluyó su intervención recordando los últimos acontecimientos de la política en el País Vasco y llevando una mirada retrospectiva de la política vasca desde su experiencia. «Tengo fe en algo que nos haga reaccionar», terminó diciendo.

El último acto de la tarde dio paso a una misa que congregó tanto a alumnos como a profesores de la Universidad. Poco después, el Colegio Mayor de la universidad abrió sus puertas a los jóvenes estudiantes en una noche con música en vivo y espectáculos. Y así la fiesta, a medianoche, dio paso al silencio, en una hora santa que puso el broche final a la que fue la primera etapa en esta búsqueda de las razones para una esperanza que no defrauda.