“Una emergencia: el hombre”

XXXIV edición del Meeting para la amistad entre los pueblos

El lema del Meeting 2013 plantea lo más hermoso y a la vez dramático que existe sobre la faz de la tierra: el hombre, más precisamente “la emergencia del hombre”. El hombre con su necesidad de ser una realidad única e irrepetible, el hombre con su deseo irreductible, el hombre que advierte que la libertad es lo que le define y le caracteriza.
El gran escritor ruso Vasili Grossman, en las últimas páginas de su novela Todo fluye, describe cómo en el alma de su protagonista, que vuelve a casa después de 30 años de deportación en Siberia, emerge el sentimiento nunca totalmente adormecido de su libertad. “A Iván Gregorievich no le sorprendía que la palabra «libertad» estuviese en sus labios cuando, de estudiante, fue a parar a Siberia, que la palabra viviese en él y que ahora tampoco hubiese desaparecido de su cabeza” (p. 277).
Hoy el hombre vive en situación de emergencia, no sólo cuando regímenes políticos autoritarios amenazan las condiciones elementales de libertad y supervivencia, sino también cuando el deseo propio del corazón humano corre el riesgo de ser anestesiado y censurado en los países donde se garantizan las libertades democráticas.
La experiencia de muchos educadores, así como los análisis sociológicos, documenta que uno de los mayores males de los jóvenes de hoy es el debilitarse del deseo, del impulso ideal, el contentarse con los productos que la sociedad pone a su disposición. Y no faltan productos destinados a satisfacer las mil caras de la instintividad humana.
Pero cuando el corazón del hombre, que está hecho para la grandeza, que no puede renunciar a buscar el sentido de la vida, se encuentra tan frenado y homologado, antes o después se rebela, a menudo con trágicos comportamientos violentos o fenómenos de autodestrucción. O, más simplemente y menos dramáticamente, pierde el gusto por la vida.
Esta situación de emergencia en la que vivimos está a la vista de todos.
Como siempre ha hecho a lo largo de su historia, el Meeting no se centrará en los aspectos negativos, no se contentará con lanzar un grito de alarma. Pretenderá mostrar que tanto ayer como hoy puede volver a emerger lo humano, que en cualquier lugar del mundo existen hombres que han hallado una insospechada energía en esa chispa que es el deseo. Ese deseo que se vuelve a avivar a partir de un encuentro, un hecho o una circunstancia concreta.
Trataremos por tanto de mostrar cómo la libertad del hombre se expresa en la necesidad de percibir la realidad, juzgarla y construir, no según esquemas y proyectos que se imponen desde el exterior, sino a partir de las necesidades y deseos propios de cada hombre.
Esperamos que una vez más el Meeting sea ocasión de encuentros y de relaciones que documenten una positividad en el vivir y, sobre todo, permitan comprobar que las diferencias culturales y de tradición son tan sólo expresión de los modos diferentes con que cada hombre y cada pueblo ha trabado los encuentros que el destino y la historia le han ofrecido, tratando de afrontar lo que es la vida y de dar una respuesta razonable a ese deseo de verdad y de sentido inscrito en el corazón de cada uno.