Haití tiene esperanza

Redacción

Tres años después, Haití vuelve a ocupar las primeras páginas con motivo del aniversario del brutal terremoto que arrasó la capital del país y llamó la atención del mundo entero hacia ese rincón de América Latina que desde siempre había liderado las listas de los países más pobres. Hoy pocos siguen mirando hacia allí, incluso muchas ONG han empezado a salir del país después de las acciones de emergencia emprendidas hace tres años.
Las informaciones dejan entrever el fracaso y la sensación de que no se puede salir adelante en aquel país. Más de 350.000 personas siguen viviendo en “abrigos”, como se conoce allí a los campos de desplazados que se construyeron tras el seísmo. Y casi la mitad de las ayudas prometidas nada más producirse la catástrofe se han perdido en el camino, pues según datos de CESAL sólo el 56% de las donaciones comprometidas han llegado a hacerse efectivas tres años después.
Además, en el último trimestre los desastres naturales, como la tormenta Isaac y el huracán Sandy, han empeorado la situación de pobreza y malestar en la población haitiana. Sin embargo, CESAL afirma que no se rinde. No sólo sigue trabajando sobre el terreno en un país en el que muy pocas ONG trabajaban antes de que se produjera el terremoto, sino que en estos tres años ha ampliado su presencia considerablemente. En palabras de su director en Haití, Jordi Bach: «Hay esperanza en Haití, aunque si uno se pone a leer un informe de Naciones Unidas o unos macroindicadores, parece que dicen lo contrario. Pero en mi trabajo, en mi vida, cuando estoy delante de una persona, no me viene a la cabeza ninguno de esos macroindicadores. Ni esa persona sabe nada de las cifras. Cuando trabajamos juntos con una familia, un niño, una persona que pone en marcha un negocio, una mamá que aprende a alimentar a su hijo, una asociación..., vemos personas que entienden que su vida sí puede mejorar y tienen esperanza. Y yo en mi día a día veo ese cambio en las personas, en cosas demostrables, no utópicas. Es cierto que esas cifras negativas tienen que cambiar, pero los haitianos tienen esperanza en la reconstrucción de su país y de sus vidas, y yo también la tengo».

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www.cesal.org