«La nueva evangelización consiste en despertar en el hombre el sentido religioso»

Carla Vilallonga

Tres personalidades se han dado cita en el Meeting de Rimini para describir al Homo Religiosus, tres ponentes muy diferentes entre sí y que, sin embargo, tienen en común: el sentido religioso del ser humano.
Julien Ries, profesor emérito de Historia de las Religiones en la Universidad Católica de Louvain-la Neuve, Bélgica, ha intervenido desde su principal campo de estudio, la antropología religiosa, al que ha dedicado toda su vida. Este apartado de la antropología estudia al hombre "en cuanto criatura y portador de las creencias religiosas que comportan su vida y su manera de ser". En su intervención ha señalado la necesidad que hay en la actualidad de comprender lo sagrado, entendiendo esto como "una trascendencia que supera este mundo pero que se manifiesta. Se manifiesta en el hombre cuando contempla una estatua, ya sea de Cristo o de Buda; cuando está dentro de una iglesia o ante un acontecimiento religioso... Porque experimenta que hay Algo que excede lo ordinario de la vida".
A la pregunta del moderador, Stefano Alberto, de si el hombre nace o se hace religioso, este ponente ha respondido que uno "llega a serlo por el contacto con un acontecimiento que le muestra la trascendencia". Sin embargo, Ries comentó que, en la actualidad, está siendo más difícil que uno se encuentre con este tipo de acontecimientos, dado que el hombre "está muy ocupado, vive ansioso y no tiene puntos de referencia en su vida". El no dar tiempo ni espacio a la reflexión, declara el mayor experto en antropología vivo del mundo, dificulta el descubrimiento del sentido religioso y, por tanto, el conocimiento del Misterio. Ries considera que lo que ahora se necesita es "reconducir al hombre, perdido, a ideas fundamentales como son lo sagrado, el más allá, la creación del mundo, Cristo". Ha añadido que, en definitiva, la nueva evangelización consiste en despertar en el hombre el sentido religioso, "como hace Comunión y Liberación".
El profesor d Louvain-la Neuve ha dejado claro en su intervención su profundo afecto a don Luigi Giussani, fundador del Movimiento, a quien se ha referido como "un hombre excepcional: sencillo y excepcional, disponible y excepcional; excepcional en su fe, en el modo de comunicarla, en su trato con los jóvenes. Del mismo modo, el antropólogo ha confesado que, en su visita número 18 al Meeting de Rimini, este acontecimiento anual "tiene algo realmente original, ya que es una fórmula en la que se realiza una alianza entre la fe cristiana y la cultura cristiana, demostrando cómo una y otra se necesitan para conseguir un mundo mejor".

Tan distintos y, sin embargo, tan unidos
Hace ahora más de veinte años, el abad del templo Muryoko-in, Japón, Shodo Habukawa, pisaba Italia por vez primera. Una mañana muy calurosa se despedía de don Giussani en el Sacro Cuore, Milán. El budista japonés se subió al coche, bajó la ventanilla y se asomó, manos juntadas. No apartaba su mirada de Giussani, que seguía despidiéndolo desde las escaleras. Mientras el oriental se alejaba del lugar, el italiano dijo a los sacerdotes con los que estaba: "si este hombre hubiera vivido hace dos mil años y se hubiera encontrado con Cristo, habría sido uno de los apóstoles. No me preguntéis por qué". Y lo decía con lágrimas en los ojos.
La primera visita de Habukawa al Meeting se remonta al año 1987, cuando vino invitado por Don Giussani. "Mi amistad con él fue sostenida por Juan Pablo II, que rezaba por nosotros dos", ha declarado en su intervención. En ella ha querido subrayar que lo que tienen en común Giussani y un maestro budista suyo es que "ambos proponen observar todas las cosas de la vida cotidiana con la máxima atención". Lo que significa, asegura Habukawa, que en todas partes podemos ver signos del Misterio: “en el viento, en las nubes, en los bosques y el agua, la luz fuerte o débil y las flores que viven en ellos..." El amigo de Don Giussani concluye contando la historia de una monja que, a los diecisiete años, pierde sus dos brazos y que un día, viendo cómo un pájaro daba de comer a sus crías con el pico, algo cambia en ella, que desde entonces se convierte en una autoridad en el mundo del arte y ha creado un centro de arte para personas con discapacidad. Con este pequeño relato, Habukawa nos hace ver cómo la relación con ese Algo más, ese Infinito, puede cambiar, y de hecho cambia, la vida de los hombres cuando lo conocen.

El Meeting, expresión concreta de la relación con el Infinito
Por último, en el encuentro que ha tenido lugar bajo el título Homo Religiosus ha tomado la palabra Stefano Alberto, profesor de Teología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán, quien ha incidido en el significado del lema del Meeting 2012: "la naturaleza del hombre es relación con el Infinito". "La experiencia es lo que nos guía", ha señalado, acogiendo la propuesta del profesor de Ries de que el hombre entra en contacto con el Misterio a través de un acontecimiento que le muestra la trascendencia.
"El hombre se ha encerrado en un búnker donde todo es artificial". Alberto tomaba prestadas las palabras que dijo Benedicto XVI el año pasado ante el Parlamento alemán, y añadía que "lo que es realmente revolucionario es la religiosidad, el desarrollo de un atractivo". Partiendo de que hay una evidencia que viene antes de ese atractivo, Alberto declaraba que "lo que le mueve a uno, lo que le lleva a investigar, a querer saber más, es un estupor por una presencia que le atrae. ¿Por qué?, podéis preguntaros: porque el atractivo sucede, no está en nuestras manos, no se posee".

Esclavo en un mundo autoconstruido o libre y sin patria
"Sólo en un caso es el hombre libre de todo y de todos: cuando posee algo que es relación directa con el Infinito". Alberto ha concluido mencionando el ser "hombres sin patria" al que se refería Juan Pablo II sobre los cristianos, y diciendo que de cada uno depende de si quiere vivir la fe como algo que no responde al sentido religioso, "que es lo que sucede hoy en muchos casos", o de un modo inteligente. Es decir, que nosotros decidimos si vivir en "la cerrazón en un mundo autoconstruido o la apertura hasta llegar al Tú que me hace". Finalmente, ha lanzado el reto de, a través del Meeting, vivir como hombres libres, ya que este acontecimiento "salva la fuerza de un atractivo que no nos deja tranquilos en nuestro camino hacia el destino".