El ser humano: el corazón de una ciudad sostenible

CESAL
Rosa M. Fernández

Éste ha sido el título del side-event en el que ha participado CESAL y que tuvo lugar en el centro de convenciones Ríocentro en el marco de la Conferencia Mundial por el Desarrollo Sostenible de los pueblos, entre los días 20 y 22 de junio en Río de Janeiro. Más de 50.000 personas, entre ellas cientos de jefes de estado, se han dado cita en esta magnífica ciudad, donde se han desarrollado más de 500 eventos en torno a una inquietud compartida: el desarrollo sostenible ha de integrar factores sociales, económicos y ambientales, jugando un papel primordial el ámbito institucional.
Entre las siete cuestiones críticas que planteaba la cumbre de Naciones Unidas, el tema de la ciudad sostenible fue el que guió este side-event organizado por la fundación AVSI. Nos dimos cita en la misma mesa de diálogo órganos institucionales y de la sociedad civil que tienen como interés común en todas sus intervenciones de desarrollo urbano el enfoque en la persona. Estuvo presente la cooperación italiana, autoridades brasileñas, mozambiqueñas y ecuatorianas, representantes de los ministerios de desarrollo urbano y vivienda; organismos internacionales y las organizaciones de la sociedad civil: italiana AVSI, brasileña CDM y españolaCESAL.
La representante del organismo internacional, City Aliance, abordó las posibilidades reales de enfocar los desafíos globales de las ciudades partiendo de la persona. La representante del ministerio de las ciudades de Brasil, desde el departamento de urbanización de asentamientos informales, expuso el desafío asumido de articular los temas sociales y de infraestructura desde las políticas públicas. Se puso en valor la alianza de cooperación triangular entre Brasil, Italia y Mozambique, desde la cual este país realizará un plan de desarrollo integral basándose en la experiencia de los países socios.
La representante del Gobierno de Ecuador, Lina Tatiana Luna, Subsecretaria de Vivienda del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda de dicho país, contestaba en su ponencia a la pregunta "¿Es posible poner a la persona en el centro de desarrollo de las ciudades, desde el punto de vista político?". Si el dinamismo de la sociedad civil depende, en gran medida, de las iniciativas autónomas que emprendan los propios ciudadanos y las organizaciones sociales, es deber del poder público crear las condiciones institucionales y materiales adecuadas para que tales dinámicas puedan incidir efectivamente en la orientación de los procesos gobernativos. Esta es la razón, explica, por la que se da importancia a la participación ciudadana desde los mismos procesos de planificación. Acabó diciendo que el reasentamiento de las personas en riesgo de Picoazá, llevado a cabo por la ong CESAL en convenio con el Ministerio, es un ejemplo ilustrativo de lo que el Estado Ecuatoriano quiere promover en el territorio. CESAL compartió después cuáles son los aspectos concretos de la persona de donde nace un método y enfoque específicos del desarrollo integral de un nuevo barrio, reasentamiento de familias en riesgo, dentro de un territorio más amplio con el cual se articula física e institucionalmente.
Desde las distintas experiencias de desarrollo urbano: la brasileña, la mozambiqueña y la ecuatoriana - que protagoniza CESAL-, desde escalas y ámbitos de intervención tan diferentes, fue una sorpresa descubrir los aspectos comunes del método de trabajo que nace de poner a la persona en el centro.
En los años de trabajo de CESAL en Ecuador, ha ido tomando forma nuestro papel como actor articulador entre la sociedad civil - donde tiene una presencia en el territorio que permite estar y hacer con las comunidades -, y las instituciones de gobierno. Después de la celebración de este side-event, surgen nuevas aspiraciones y se abren nuevos caminos que estamos alegres de recorrer.
Si el inicio del desarrollo se produce cuando se enciende en la persona la chispa del deseo de cambiar - deseo que es sostenido por la compañía de alguien que la mira por lo que es verdaderamente-, se puede concluir que, con esta ocasión vivida en Río, se ha encendido en nosotros la chispa de asumir nuevos desafíos cuyos retos podemos mantener porque sabemos que no estamos solos en este querer poner al ser humano en el corazón de la ciudad sostenible.