Bocatas. Elogio de la amistad

Jesús de Alba

El pasado 30 de junio, celebramos la fiesta de Bocatas. Viendo lo bien que se estaba allí entre tantos buenos amigos y conocidos no dejo de preguntarme por la fuente de donde mana tanta frescura y alegría que hay entre nosotros. Es cierto que ya el hecho de estar unos cuantos amigos juntos genera alegría, pero yo creo que hay algo más de fondo.
Dice un libro maravilloso que estoy leyendo que los apóstoles se movían, cuando extendieron el cristianismo, “desde el alba hasta la puesta de sol suspendidos entre la misericordia de Cristo y la miseria de los hombres”.
Bocatas sin duda es un buen ejemplo esto y no tanto porque ayudemos a salir de la miseria a otros hombres como porque nuestra vida también está hecha, suspendida, entre estos dos polos.
Entonces se explica mejor de dónde sale la frescura de una fiesta como la del sábado: del corazón agradecido de cada uno de los amigos de Bocatas al ver que existe una respuesta para nuestro deseo de una vida buena, en medio también de nuestras miserias.

“Pero si mientras tanto, pienso en ti, querido amigo,
mis pérdidas reparo y desaparecen mis penas”.
William Shakespeare