Kaduna (Nigeria). Después de un atentado <br>en una iglesia.

Lupi: «Nigeria, basta de indiferencia»

Niccolò De Carolis

«¿Cómo puede uno quedarse indiferente?». Esta es la pregunta que, tras el enésimo domingo de atentados a los cristianos en Nigeria, Maurizio Lupi planteó a algunos de sus compañeros y amigos. A Franco Frattini, que como ministro de Exteriores ha luchado muchas veces en defensa de la libertad religiosa, a Walter Veltroni y al ministro de Cooperación Internacional e Integración, Andrea Riccardi. «Surgió así la idea de recoger firmas on line», cuenta Lupi: «Con un llamamiento en el Corriere della Sera pusimos en marcha la iniciativa. Nuestro objetivo es llegar a diez mil adhesiones para iniciar una movilización que, desde el gobierno italiano, llegue a los organismos internacionales».

A los dos días, ya había alcanzado la mitad del camino, los firmantes aumentan por minutos. En el Parlamento todos los jefes de grupo y los principales líderes políticos han suscrito el llamamiento. «No ha habido problemas de partido, y eso es buena señal. Como representante de mi país, afirmo que esta iniciativa vale igual que un decreto o una reforma. La conciencia del valor que tiene la vida humana es la base de toda actividad legislativa».

Desde principios de año, los terroristas islamistas de Boko Haram han asesinado a más de seiscientos cristianos, atacándoles durante la celebración de su gesto más simbólico, la Misa dominical. «No se trata de episodios aislados, sino de un exterminio sistemático», afirma Riccardi en una entrevista a La Repubblica: «Boko Haram quiere crear un frente anti-cristiano que lidere a los musulmanes locales nigerianos, es lo que a mayor escala hacía Al Qaeda. Atacar a los cristianos y provocar una guerra civil».

¿Por qué estos ataques no atañen sólo a los creyentes, sino que suponen un atentado a la dignidad de todo ser humano? «La libertas Ecclesiae es la primera gran libertad de todo hombre», prosigue el vicepresidente de la Cámara italiana: «Es la defensa de la esencia misma del hombre: su sentido religioso». Los cuatro promotores de este llamamiento han comenzado ya a colaborar con el ministro de Exteriores, Giulio Terzi, para hacer llegar un documento a la Unión Europea y a la Asamblea de Naciones Unidas. «La ONU podría enviar observadores a Nigeria, como hizo con Siria. Una vez detectada la situación de peligro y necesidad, habrá que intervenir con instrumentos adecuados de ayuda humanitaria». El camino no será fácil y quizá no se consiga cambiar mucho. Pero la intención es lanzar una señal fuerte, que rompa el inexplicable silencio de las organizaciones internacionales. Con la conciencia de que ya han obtenido una primera victoria: «Uno se mueve en primer lugar por sí mismo», concluye Lupi: «Porque sólo siendo protagonistas podemos realizar nuestra vocación».
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