Una mujer somalí en el campo de refugiados de Dadaab.

¿Por qué en Kenya atacan a los cristianos?

Il Sussidiario
Claudio Perlini

«La embajada americana en Kenya emitió hace unos días un comunicado de alerta, dando a conocer el grave riesgo que había de sufrir un atentado por parte de los militantes de al-Shabab en Nairobi contra edificios gubernamentales o grandes hoteles. El peligro, por tanto, se respiraba en el ambiente, y se hizo saber que lo que estaba sucediendo en Somalia podría tener repercusiones también en Kenya». Leo Capobianco, responsable de Avsi en Kenya, comenta en esta entrevista los dos últimos atentados cometidos en Kenya y Nigeria: una persona muerta y quince heridos es el balance provisional de la explosión de una granada en la iglesia de Nairobi del Dios de los Milagros; por otro lado, el ataque en la Universidad de Bayero en Kano, al norte de Nigeria, tuvo un balance mucho más grave, pues la explosión causó la muerte de al menos veinte personas.

¿A qué se deben estos ataques?
Atentados de este tipo se ven normalmente en los países cercanos a la frontera de Kenya, sobre todo en el campo de refugiados de Dadaab, pero no es la primera vez que suceden también en otras zonas del país. Son ataques cuyo objetivo es generar el pánico entre la gente, y sobre todo hacer que el gobierno cambie de opinión sobre la incursión que está realizando en Somalia con el fin de eliminar a esta rama de Al Qaeda. Asistimos por tanto a una suerte de venganza que, sin embargo, golpea a personas inocentes, que no tienen nada que ver con lo que está sucediendo.

¿Qué se puede decir de la situación de los cristianos en Kenya y en África central?
En Kenya, los cristianos representan todavía una realidad fuerte, mucho más que en otros países vecinos, como Sudán o la misma Somalia. Sin embargo, es evidente que hay un interés por desestabilizar el país y dirigir señales amenazantes dirigidas a los cristianos. Aquí, la realidad musulmana está menos presente y se encuentra sobre todo en las zonas de la costa, mientras que el interior del país vive aún de la obra misionera de los católicos, presente desde hace más de cien años.

En su opinión, ¿qué cambios se están produciendo respecto a la primavera árabe?
Mi opinión es muy personal, se basa sobre todo en los encuentros que he tenido con los refugiados de Dadaab. Hablando con ellos, la sensación es que existe una minoría integrista que, en nombre de la yihad, genera situaciones de tensión como la actual, con el objetivo de controlar la realidad política y económica de Somalia. Sin embargo, cuando hablas con personas del ámbito musulmán, siempre tienes la impresión de que son gente muy sencilla, a la que estas cosas no les interesan ni les gustan, y que de hecho huyen de su propio país porque ya no pueden más.

¿Cree que el verdadero objetivo es conseguir el control económico y político?
Siempre está la sensación de que detrás de la guerra contra el mundo cristiano se esconde otro objetivo, el de controlar los recursos y la política. Además, está creciendo de forma impresionante el número de somalíes que deciden invertir en diversas actividades económicas: aparte del Fondo Monetario Internacional, parece que cada vez llega más dinero de otras fuentes que permiten a los ricos somalíes invertir en actividades económicas y de otro tipo. El resultado es una especie de “invasión” desde el punto de vista económico. Sólo por poner un ejemplo, hace siete años iba a visitar una región situada muy lejos de la frontera con Somalia, famosa por ser una de las zonas más cristianas de Kenya. Pues bien, hoy en esa misma región se encuentran muchísimos negocios y actividades económicas en manos de los somalíes, tantas que, según la opinión de muchos, son ellos quienes determinan el funcionamiento del mercado, pues al tener ingentes recursos pueden bajar los precios y dejar en una situación de crisis a otras actividades locales.