La nueva Don Luigi Giussani High School.

El último fruto de don Giussani

Claudio Perlini

La entrevista a Rose Busingye en Il Sussidiario por la inauguración de la nueva escuela de Kampala. Un proyecto pensado para crear «un lugar de pertenencia, para que estos chicos puedan descubrir quiénes son»

«El proyecto de la Luigi Giussani High School nació del deseo de que los niños, igual que los adultos, pudieran entender el valor real que tienen. Nuestra intención, por tanto, era ver si nuestra experiencia podía educar, hemos querido dar continuidad en los niños a lo que sus madres han descubierto ya, el valor de la vida de sus hijos». Rose Busingye, fundadora del Meeting Point International de Kampala, Uganda, habla de la Luigi Giussani High School, la escuela secundaria construida en la capital ugandesa, en el barrio de Kireka, inaugurada el 3 de febrero. «Las madres han participado activamente y lo siguen haciendo, nos ayudan incluso en los fatigosos trabajos manuales. Nuestra intención era precisamente crear este lugar maravilloso de compañía y pertenencia para que estos chicos puedan descubrir quiénes son», explica Rose.

Todo esto ha sido posible gracias a muchos collares de papel reciclado que han realizado las mujeres del Meeting Point…
Cuando una persona descubre quién es, cuando entiende el valor que tiene, entonces cualquier cosa que toca adquiere un valor y se hace presente. Lo más importante es entender que uno no está definido por la pobreza o por la enfermedad, y cuando esto sucede se descubre el valor infinito de un mismo. A partir de ahí, uno puede hacerlo todo, también montones de collares. Es un momento en el que te sientes lanzado a la realidad como si fueras un combatiente, nada te asusta porque sabes a quién perteneces. Todo se hace más fácil gracias a esta pertenencia.

El 21 de mayo de 2010 se ponía la primera piedra.
Sí, pero nuestras piedras tienen la extraordinaria capacidad de hundir raíces, de crecer y hasta de dar fruto. La escuela puede acoger a 400 chavales de doce a dieciocho años, y en los próximos años llegaremos a 600. El edificio cuenta con doce clases distribuidas en tres plantas, algunas están habilitadas como despachos y laboratorios. Los niños se convierten así en protagonistas de un lugar donde pueden vivir una experiencia educativa y de crecimiento humano.

Gracias también a sus madres, que han hecho de todo para asegurar un futuro a sus hijos.
La educación empieza en la familia, lo más importante, y precisamente por eso el Meeting Point ha creado estas pequeñas comunidades donde las mujeres acogen a los niños como si fueran sus propios hijos, aunque no lo sean, para crear una relación constitutiva y fundamental. No sabemos qué pasará en el futuro, pero el hecho de que un solo niño llegue a descubrir su propio valor para nosotros es ya todo un éxito.

¿Qué significa para usted ver esta escuela dedicada a Luigi Giussani?
El mérito no es solo nuestro, porque el trabajo de don Gius (como Rose llama a don Giussani) continúa y siempre está presente. Su primera misión fue precisamente en las escuelas, y nosotros, siguiéndole y tratando de llevar adelante sus intentos, enseguida vimos que su carisma nos seguía tocando y cambiando. En el fondo, creo que solo es posible vivir felizmente si se saborea el carisma de don Gius, porque está hecho para el hombre, pero por desgracia el hombre suele ir en dirección contraria.