La soprano Regina Nathan durante el encuentro.

«Sed fieles a la realidad»

Raffaella Sorensen

What is Christianity? ¿Qué es el cristianismo? Es el título de la presentación del libro Los orígenes de la pretensión cristiana en Dublín la noche del 5 de enero de 2012, entre los muros de un espléndido edificio victoriano del centro, la sede del Royal College of Physicians. Un título profético, a juzgar por el impacto que el encuentro suscitó entre la multitud de asistentes, sorprendidos por la novedad de un cristianismo re-anunciado en su totalidad y profundidad. Tal como lo planteó John Waters, editorialista del Irish Times y moderador, en su introducción: «Creemos saber ya lo que es el cristianismo, mientras que don Giussani nos dice que para entenderlo de verdad hay que volver al inicio, al corazón de la experiencia de los primeros que encontraron a Cristo».
La primera intervención estuvo dedicada a la belleza, gracias a la voz de la soprano irlandesa Regina Nathan, que cantó Et incarnatus est, de la misa en Do menor K.417 de Mozart, que dejó a todos asombrados y conmovidos ante el anuncio de la Encarnación. A continuación, Anne O’Gara, presidenta del Marino Institute of Education, un instituto universitario para la formación de profesores, que habló del impacto que ha causado el libro de don Giussani en su experiencia como educadora. En el primer punto de su intervención describió el déficit de atención que padece la sociedad actual y que impide que emerjan las preguntas últimas del hombre. Como dice T.S.Eliot: «Tenemos la experiencia, pero no el significado».
En nuestra sociedad, todo está determinado, según O’Gara, por criterios económicos, lo cual tiene graves consecuencias también en la educación. Pero la educación es «un desafío para luchar contra esta reducción». Luego explicó el trabajo educativo de su instituto para desarrollar la totalidad de la persona, incluido el sentido religioso del que habla don Giussani. De hecho, precisamente la confrontación con el texto de Giussani, concluyó, le hizo más consciente de determinados temas que merecen ser profundizados: la invitación a comprometerse con la realidad, la educación en la religiosidad, la búsqueda de dios en la persona de Jesús y la profundidad de una fe «llena de preguntas». Waters, retomando las palabras de O’Gara, subrayó que no hay nadie que tome más en serio la pregunta última y verdadera sobre la realidad: «Es como si nuestras herramientas de conocimiento hubieran sido manipuladas, mientras que don Giussani con este libro nos invita a recuperar estas herramientas y ser fieles a la realidad».
Julián Carrón cerró la velada con una intervención en la que hizo un recorrido por los puntos principales del libro, retomando en primer lugar la pregunta de Dostoievski: «Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer en la divinidad del hijo de Dios, Jesucristo?». Carrón mostró por qué y cómo el hombre moderno puede creer. Citó al Papa cuando dice que la fe en Jesucristo puede “tener éxito” porque “corresponde a la naturaleza del hombre”. Pero para que el hombre reconozca esta correspondencia, debe tomar conciencia de quién es, porque, como dice Giussani en el libro, “sin la conciencia de quién soy, incluso Jesucristo se convierte en un mero nombre”.
Carrón definió la naturaleza del cristianismo como acontecimiento y destacó que la fe entendida así es «lo más lejano posible de la “creencia” separada de la naturaleza humana». Terminó señalando cómo nuestra humanidad florece cuando verificamos el cristianismo como acontecimiento presente en nuestras vidas. «¿Qué significa verificar que Cristo ha entrado en nuestras vidas? El cumplimiento de la humanidad, el céntuplo en razón, afecto y libertad», afirmó Carrón, añadiendo que esto lleva consigo «un aumento de la propia fe, el reconocimiento amoroso de Su presencia. Una familiaridad, una facilidad en el reconocimiento de Él».
La reflexión final, de nuevo a cargo de Waters, hizo emerger hasta qué punto el contenido de la velada había tocado la parte más profunda, concreta y esencial del hombre, lanzando a cada uno el desafío de secundar las palabras que Benedicto XVI pronunció en el Budestag durante su último viaje a Alemania: derribar ese búnker que hemos construido a nuestro alrededor y comenzar, junto a don Giussani, a hacer trabajar para conocer lo que es verdadero.
El acto terminó con la propuesta de llevar a Dublín la exposición del Meeting sobre los lugares de la vida de Jesús, “Con los ojos de los apóstoles”, con motivo del Congreso Eucarístico que tendrá lugar en la capital irlandesa el próximo mes de junio, invitando a todos a implicarse en esta tarea, como sucedía en la construcción de las catedrales medievales.