El secreto de Gisela

La directora del CREN de Sao Paolo ha ganado el premio Emprendedor Social 2011 de la Fundación Schwab. Al principio en su trabajo miraba a las personas sólo como psicóloga: «No conseguía ver otra cosa que el sufrimiento»
Niccolò De Carolis

«Cuando era pequeña mi padre me repetía siempre que no conseguiría llegar a nada, porque no era capaz ni siquiera de elegir el helado que quería...». Gisela Solymos, psicóloga brasileña y directora del Centro de Recuperación y Educación Nutricional (CREN), ha ganado el premio Emprendedor Social 2011 de la Fundación Schwab el pasado 9 de noviembre. Un reconocimiento que en 54 países del mundo premia a la mejor entidad social nacional según criterios que van desde la «innovación» hasta la «influencia sobre las políticas sociales». «Cuando pronunciaron mi nombre me conmoví porque yo, como explicaba antes, no soy una «supermujer». Se trata del reconocimiento a la historia que me ha generado: Comunión y Liberación. De pequeña no era capaz de tomar decisiones, después, gracias a don Giussani y al libro El Sentido religioso descubrí los criterios para empezar a hacerlo. Así es como consigo, más bien conseguimos, guiar nuestro Centro». El CREN nace en 1993 en Sao Paulo gracias a un acuerdo entre AVSI y una Facultad de Medicina. Durante todos estos años, de hecho, el trabajo de recuperación nutricional infantil ha ido siempre a la par de la investigación científica. Actualmente, en la clínica se tratan alrededor de dos mil adolescentes con problemas de malnutrición u obesidad. Además, de lunes a viernes ciento cuarenta y dos niños de cero a seis años disfrutan de la estructura del Hospital de Día. También hay cursos de música y de informática e itinerarios formativos para enfermeros y médicos. «Otro aspecto fundamental para nosotros es la educación de la familia, lo que les falta es la conciencia de su valor como seres humanos. Vamos a visitarles a las favelas proponiéndoles que lleven a sus hijos a curarse. Les ofrecemos apoyo psicológico, les llevamos de excursión a lugares artísticos, les ayudamos a buscar trabajo».
Durante los últimos seis meses la Fundación Schwab ha examinado la actividad del CREN mediante fichas de evaluación y seguimiento in situ. El premio es un reconocimiento muy prestigioso que no asigna una suma de dinero, sino que provee de una serie de servicios útiles para el desarrollo del centro. Por ejemplo, les proporciona asesoría jurídica: «Tenemos muy buenos abogados a nuestra disposición para conocer mejor los incentivos fiscales que podemos obtener del Estado, porque en muchos casos las leyes no son muy claras».
Hay muchas empresas sociales en Brasil, ¿qué tiene la de Gisela que no tengan las demás? «El método que nos ha enseñado don Giussani en el Sentido religioso: el realismo, apoyar todo sobre el deseo». La directora del CREN explica que al principio de su carrera profesional miraba a las personas sólo con la mirada del psicólogo, «pero no conseguía ir más allá del sufrimiento y del contexto social que tenía delante. ¿Y dónde quedaba la esperanza? Giussani, en cambio, nos enseña que junto al sufrimiento está también la libertad, la capacidad de realizarse». Por lo tanto, mirar al otro reconociendo en él una exigencia infinita: «Por ejemplo, nunca he creído en el argumento de que los niños están mal nutridos porque sus madres no les quieren». Para explicarse mejor cuenta un episodio. Un día, un colaborador suyo le habla de una chica de la calle que no quería dar de mamar a su hijo. Le habían advertido muchas veces de la gravedad de su decisión, pero ella no cambiaba de idea. A Gisela algo no le cuadraba: «Si su hijo todavía está vivo después de cinco meses, algo le dará de comer». Se enteró de que su madre le compraba un tipo especial de yogurt mezclado con trozos de queso. Precisamente el que se anunciaba en Sao Paulo por esa época con el siguiente mensaje: «Tiene la misma capacidad nutritiva que un trozo de carne». Gisela empieza a entender: «Le apuesto lo que quiera a que utiliza pañales de usar y tirar». Su colaborador asintió sin comprender. Ella continúa: « ¡Son los más caros! Esta madre adora a su hijo, su problema es la ignorancia. Frente a vuestros reclamos se rebela porque se siente acusada. Id a decirle: “Yo sé que tú quieres a tu hijo y precisamente por eso te aseguro que lo que dice la publicidad es mentira”. Esa mujer cambió inmediatamente».