A ambos lados del Muro

Giovanni se ha licenciado en Fotografía con un reportaje sobre los cristianos árabes en Tierra Santa. Entre instantáneas y encuentros, mucho más que una tesis: «Ha cambiado el mundo que tenía en la cabeza»
Pietro Bongiolatti

«Los cristianos son iguales en todo el mundo: hay quienes tiene una fe verdadera y quienes son cristianos por tradición o herencia. En Tierra santa es evidente: esperas encontrar un pueblo de santos y en cambio es una tierra especial donde vive gente normal». Esto es lo que Giovanni Zennaro ha querido contar en su tesis: hace poco se ha licenciado en Fotografía en la Academia de Bellas Artes de Brescia, presentando un reportaje sobre la situación de los cristianos árabes de Israel y palestina. Ha vivido a su lado durante varios meses fotografiando la vida cotidiana de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en los territorios palestinos ocupados y en el Norte de Israel. A ambas partes del muro es el título de la tesis, recoge las historia de un pueblo extranjero en todas partes. De personas que, como escribe en la introducción el padre Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa, «son árabes para los judíos y cristianos para los musulmanes».
La idea nació casi por casualidad. En 2009 Giovanni fue a Sepphoris, cerca de Nazaret para hacer fotografías para el estudio de arquitectura de su padre. «Una semana fotografiando cada piedra de una iglesia. Visité casi de pasada el Santo Sepulcro, pero cuando me marché nació una intuición de que era casi una certeza: volveré. Es una tierra que conquista el corazón». Con este deseo a Giovanni no le cuesta encontrar a dos profesores que le siguieran. Hasta volar a Jerusalén durante Semana Santa de este año: «He observado las jornadas de quienes viven allí y la marea de peregrinos que pasaron durante esos días. Casi no hice fotografías pero cambió el mundo que tenía en la cabeza. También gracias a los profesores que me han animado a mirar porque un reportero no se inventa nada».
Entre julio y agosto, la mayor parte del trabajo. Ha significado conocer los cristianos de Tierra Santa, los herederos de la sangre de los Apóstoles. «En la primera parte he contado su vida cotidiana. He caminado por la Ciudad Vieja de Jerusalén, las casas de la Custodia. Es una situación extraña: al principio esos edificios fueron comprados para evitar que el poder de turno expulsara a los cristianos de los alrededores del Santo Sepulcro y para ayudar a los más pobres. Aquí el ecumenismo está a sus anchas y sin embargo los que viven aquí no hacen nada en todo el día, les basta tener un techo donde cobijarse. También estuve en el norte, en las casas de los cristianos árabes con ciudadanía israelita, más ricos y occidentales. Después durante un mes sustituí al fotógrafo oficial de la Custodia siguiendo al padre Pizzaballa. Pude ver la dificultad de los cristianos para expresar su presencia en un país donde todos gritan sus propias razones. Pude ver la fe de quienes me hospedaron. De esta experiencia, que yo creía que no tenía nada que ver con mi tesis nació la segunda parte del reportaje».
Por fin la parte más dura de documentar: los albañiles que trabajan para la Custodia en Jerusalén pero viven al otro lado del Muro. Hombres que emprenden el viaje cada noche a las 3 sin la certeza de superar el check point. Giovanni durmió ne sus casas, poniéndose en fila con ellos y a merced del humor de los soldados israelitas: «De un momento a otro pueden decidir cerrar el paso. Cuando llegué a Jerusalén yo estaba destrozado mientras que ellos empezaban su jornada de trabajo».
En Tierra Santa Giovanni hizo algunos amigos. Especialmente Andrea Avveduto, un joven periodista del Franciscan Media Center que colabora con diferentes medios italianos. De la relación con él surgió la idea de dar a la tesis la forma de una revista, añadiendo a las fotos algunos textos. Y esto no es todo, dado que tal vez se publique un libro. «Nos hicimos amigos porque estábamos los dos allí –cada uno en su trabajo- mirando atentamente el origen de nuestra historia», continúa Giovanni: «como escribe padre Pizzaballa en la introducción, todos hemos nacido allí. Y nos hemos dado cuenta de que ser cristianos en Palestina es un desafío, igual que en Italia: no basta ver las piedras que Él tocó para tener fe, hay que ver su Presencia. Esta es la cuestión: en una situación tan compleja los cristianos no están llamados aresolver el conflicto sino a dar testimonio de Cristo».