Ataque salafista a una iglesia copta.

La política dirigida que “guía” los ataques a las iglesias

Il Sussidiario
Pietro Vernizzi

«El ataque de los salafistas a la iglesia copta de Imbaba es una represalia por el acuerdo histórico alcanzado el sábado pasado entre todos los partidos liberales egipcios», que podría cambiar radicalmente los resultados de las próximas elecciones políticas en septiembre. Así lo afirma Wael Farouq, profesor de la American University de El Cairo y vicepresidente del Meeting Cairo, en referencia a los enfrentamientos que han provocado la muerte a una decena de personas después de que se difundiera el rumor de que una mujer convertida al islam se escondía en una iglesia. Para Farouq, los responsables de estos actos violentos son personas que «comparten la ideología de Al Qaeda y que tienen el objetivo de instaurar un Estado islámico mediante la violencia», que siguen órdenes de los servicios secretos vinculados a Mubarak. Pero en su opinión, «después de las elecciones, los partidos liberales modificarán la Constitución, en la que se afirma que “la Sharía es la fuente principal de la legislación”, para afirmar que “los principios de la Sharía son una de las fuentes, junto a la doctrina cristiana”».

¿Cuáles son las causas de lo sucedido en Imbaba?
Los ataques a la iglesia han sido una reacción ante el acuerdo alcanzado entre las diversas fuerzas liberales, que representa el mayor acontecimiento político desde la revolución hasta hoy. Cinco mil líderes, representantes de la sociedad civil, activistas de los derechos humanos, figuras públicas, directores de ONG, de todo Egipto se han reunido para combatir la instauración de cualquier forma de Estado religioso o militar. Pocas horas después, los salafistas desencadenaron los actos de violencia.

Pero hacía varios días que había una tensión latente contra los cristianos…
No olvidemos que en Egipto la policía está funcionando al 20% de su capacidad efectiva. Después de la caía del régimen de Mubarak, la policía perdió de hecho todos sus privilegios, además de su credibilidad. La mayor parte de los agentes ya no quieren trabajar y ven cómo hay gente matándose entre sí, y no mueven un dedo. La semana pasada, dos familias musulmanas empezaron a disparar en una calle comercial del centro de El Cairo, y siete personas murieron. La policía presenció la escena, pero se quedó mirando, sin intervenir.

El Consejo militar, sin embargo, ha prometido un castigo ejemplar para los que atacaron la iglesia.
El Consejo militar que gobierna hoy Egipto tiene una autoridad absoluta y por tanto puede oponerse a los salafistas en cualquier momento. Si no lo hace ahora, significaría que también es contrario a los principio de la revolución.

Pero, de hecho, ¿los salafistas representan a Al Qaeda?
La verdadera naturaleza de Al Qaeda no consiste en una estructura implicada en el ámbito organizativo, sino sobre todo en una ideología que se identifica con Bin Laden y que quiere instaurar un Estado islámico mediante la violencia. Si lo que me pregunta es si en Egipto existen personas que creen en la ideología de Al Qaeda, mi respuesta es sí. Hay muchos grupos salafistas que son favorables a los principio de Bin Laden. Pero la gran mayoría de la sociedad egipcia rechaza a estas personas.

¿Quién está detrás de los salafistas que han atacado la iglesia?
En primer lugar, hay grandes flujos de dinero procedentes del exterior que sostienen a estos pequeños grupos. Por otro lado, en Egipto es sabido que los salafistas bajo el régimen de Mubarak colaboraban con su policía secreta. Cualquiera que esté un poco informado sabe hasta qué punto los salafistas estaban implicados con los servicios secretos, que les han utilizado repetidamente, como en el atentado con bomba contra la iglesia de Alejandría. Por no hablar de los cientos de personas presentes en los consejos municipales de todas las ciudades egipcias y de los antiguos miembros del parlamento de Mubarak, que a su vez están también implicados en estos hechos. Lo normal es que baste con que el gobierno desarrolle las investigaciones normales para descubrir quién está detrás de estos ataques.

Muchos, sin embargo, ven que tras la caída de Mubarak la situación para los cristianos no ha mejorado.
Imaginemos a una persona que permanece en coma durante treinta años. Si se despierta ahora, es difícil que pueda empezar a correr. Durante treinta años, el régimen ha alimentado las tensiones religiosas como una válvula de escape para el malestar político. Por tanto, es difícil que las cosas mejoren de un día para otro. Pero yo estoy convencido de que en uno o dos años todas las tensiones religiosas desaparecerán de Egipto.

¿Por qué está tan seguro?
Porque vivo la realidad de Egipto desde dentro. El mismo día de los ataques, el sábado, durante el encuentro entre representantes de los partidos liberales, constaté que el 90% de los líderes de la sociedad egipcia defiende los derechos de los cristianos como ciudadanos a todos los efectos. Ésta es la auténtica realidad de Egipto, y no las quinientas personas que han atacado una iglesia armados con fusiles.

¿Las clases más pobres piensan igual?
Miremos lo que sucedió el pasado mes de enero. Todos los días, a todas las grandes ciudades egipcias llegaban personas desde las zonas rurales para participar en las manifestaciones. La mayoría eran musulmanes y se movilizaron pacíficamente, es decir, según un tipo de iniciativa contrario a todo lo que profesa Al Qaeda. Al leer los programas electorales de los grupos islámicos, como los Hermanos Musulmanes, se observa que después de la revolución han cambiado completamente sus ideas, porque han entendido que a los egipcios lo que les interesa es la democracia, no la aplicación de la ley islámica.

¿Cómo valora la actitud de la Iglesia copta ortodoxa?
Durante años, la Iglesia ortodoxa ha actuado como el representante político de la comunidad cristiana en la vida pública y pienso que ha sido un error. Es hora de que los cristianos egipcios se comprometan en la sociedad civil y en las instituciones para conquistar sus propios derechos sin que nadie lo haga por ellos, aunque sea la jerarquía eclesiástica. Ésta debería animar a los cristianos a salir de las sacristías e integrarse en la sociedad. Hasta que no se dé este paso, no superaremos nunca las divisiones de la sociedad egipcia.

¿Los partidos liberales reunidos el pasado fin de semana eliminarían la referencia a la Sharía de la Constitución?
No la eliminaríamos, sino que consideraríamos sus principios como «una de las fuentes» de la legislación egipcia, no como «la fuente principal». Además, añadiríamos otro artículo que afirmara que también los principios de la doctrina cristiana son un punto de referencia para la ley. Pero ni la Sharía ni la doctrina cristiana entrarían a formar parte de la Constitución con sus dictámenes particulares, sino sólo mediante sus principios fundamentales. Puede parecer una distinción caprichosa, pero en realidad se trata de una diferencia decisiva. Los principios de la Sharía son de hecho la justicia, la igualdad y la misericordia, es decir, los valores que se encuentran en la base de las Constituciones de todo el mundo.

¿Cómo se organizarán los partidos liberales?
No se fundará un partido único, sino que nos organizaremos de tal modo que podamos trabajar juntos. Queremos evitar la competición entre diversos candidatos liberales en un único colegio electoral. Entre nuestros candidatos estará Tahani al-Jibaly, presidenta del Meeting Cairo, que ha pedido poder concurrir como vicepresidenta de Egipto. Al-Jibaly presentará la carta fundacional del nuevo sujeto político, que ha decidido llamarse National Council.