ENCUENTROMADRID
“Newman profetizó el problema de la separación entre fe y razón”

Yolanda Menéndez

Encuentromadrid ha dedicado una de sus exposiciones centrales al beato cardenal John Henry Newman, bajo el título “Cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón), el lema que él mismo eligió cuando fue nombrado cardenal. El encargado de presentarla fue Stratford Caldecott, director del College’s Center for Faith and Culture de Oxford. Caldecott relató cómo durante años vivió en un mundo que percibía a la Iglesia como una institución perversa, que atentaba contra la libertad de las personas. Un ambiente que generó en él un gran prejuicio hacia el catolicismo, a pesar de reconocerlo como un factor esencial de su cultura: “todos somos miembros de una cultura y una tradición incluso cuando nos rebelamos contra ella”.
La lectura de Newman fue el punto de inflexión que hizo que su percepción de la Iglesia cambiara radicalmente. “Tras examinar todas las razones que iban en contra del catolicismo, Newman no tuvo miedo a explicarlas razonablemente, dio razones de su fe y mostró que el catolicismo es el gran defensor de la razón y de la libertad”. Según Stratford Caldecott, Newman “profetizó el problema de la separación entre fe y razón. Tenía la necesidad de curar esta enfermedad”.
La directora de cine Liana Marabini, que está preparando un proyecto para hacer una película sobre Newman, define a este cardenal como, “ante todo, un buen sacerdote que transmitió la fe hablando al corazón”. La directora italiana destacó la “profunda estima” que siente por los sacerdotes, de los que afirma que son “un modelo para nuestro siglo y los venideros, porque son hombres que no pertenecen a sí mismos”.
“El Encuentromadrid, al igual que Newman, acepta el desafío de la modernidad y propone espacios donde es posible afrontar el problema del relativismo y la separación entre fe y razón”, concluyó Paul Hitchings, comisario de esta exposición.

Separar el método de la realidad
Una separación que no sólo afecta al ámbito estrictamente religioso, sino a todos los ámbitos de la vida. Así se puso de manifiesto en la exposición “A hombros de gigantes”, un recorrido profundo por la historia medieval y por el ímpetu de los hombres de aquella época de conocer la realidad. Un ímpetu que les llevó a convertirse en los creadores de la ciencia que hoy conocemos.
Una separación que afecta también al trabajo cotidiano, como se puso de manifiesto en la mesa redonda dedicada a la cooperación al desarrollo, en la que Giuseppe Folloni, profesor de Economía de la Universidad de Trento, expuso los resultados de un informe que pone de manifiesto que la inversión de cantidades millonarias de dinero en proyectos de cooperación no ha tenido el resultado obtenido.
“Estos resultados inesperados nos obligan a ver a qué se debe este fracaso y de qué se trata entonces para empezar así a entender y vivir lo que es verdaderamente desarrollo”. Folloni identificó “un error de método. El desarrollo económico siempre es fruto de un desarrollo social previo. El método aplicado por estas políticas de ayuda ha invertido esta relación causal, como si el desarrollo económico fuera posible sin el desarrollo social y cultural previo. No se puede reducir el desarrollo a posesión de bienes, es necesario que se desarrolle el yo, el sujeto”.
Pablo Llano, director de la ONG CESAL, presentó algunos proyectos de esta ONG que ejemplifican este método de trabajo, como los barrios de Huachipa (Perú) y Amarateca (Honduras). “Los grandes frutos no son las cosas que hemos hecho sino sobre todo el cambio de las personas, la aparición en ellos de un gusto y un interés nuevos por su propia vida”.

“Hemos perdido el sentido del trabajo”
Si no sucede algo que cambie a las personas, no hay desarrollo, tampoco en los países desarrollados. Era evidente escuchando a los ponentes de la mesa redonda dedicada a “La crisis detrás de la crisis”. “Más allá de las razones psicológicas o éticas, la crisis actual tiene que ver con razones antropológicas, con el modo en que nos concebimos a nosotros mismos”, afirmó Luis Rubalcaba, catedrático de Economía en la Universidad de Alcalá de Henares. Hizo referencia a la encíclica Caritas in veritate de Benedicto XVI como un texto que revela hasta qué punto “la economía vive del don y de la gratuidad y no del puro beneficio”. En su opinión, esta afirmación desenmascara un engaño: “el de pensar que el hombre se basta a sí mismo”.
Por su parte, el empresario Tomás Garcia, consejero delegado del grupo empresarial español Villar Mir destacó que el problema que se oculta detrás de la crisis es que “hemos perdido el sentido del trabajo, la honestidad y la confianza”.