ENCUENTROMADRID
El protagonismo de las personas

Yolanda Menéndez

Dos políticos de primera línea, el asesor del primer ministro británico y la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, afrontan la necesidad de devolver el protagonismo a las personas. A ambos se les invitó a debatir sobre una cuestión de gran importancia en la sociedad occidental actual, azotada por una gravísima crisis económica, que se planteó acertadamente con el título del acto inaugural: “Reinventar el estado del bienestar: devolver el protagonismo a las personas”

“Nos interesa una idea de política que parta de las necesidades concretas de las personas y que esté dispuesta a dar protagonismo a la sociedad civil”. Con estas palabras de Rafael Gerez, presidente de Encuentromadrid, dio comienzo la octava edición de este “acontecimiento tan señalado en la agenda cultural de Madrid”. Así lo definió la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, que participó en el acto inaugural junto a Philip Blond, asesor del primer ministro británico David Cameron y director del centro de estudios británico Res Publica.
“El Estado no debe asumir las acciones que la sociedad civil realiza mejor”, señaló Figar. “De hecho, nuestra experiencia en la Comunidad de Madrid muestra que dar más protagonismo a la sociedad nos ha permitido resistir mejor esta crisis tan complicada que estamos atravesando”. “En el Reino Unido hemos comprobado que si el Estado responde a todas las necesidades de los ciudadanos, se acaba con su libertad”, añadió Philip Blond. “El resultado es un individualismo extremo, donde cada uno lucha solo por sus intereses”. El ideólogo de la Big Society subrayó que este individualismo no es sólo fruto del estatalismo, “un problema crónico de la mentalidad española”, según Figar. Philip Blond matizó que también un liberalismo a ultranza puede tener la misma consecuencia nefasta. “El lema del libre mercado al final se ha convertido en un mercado que cada vez es menos libre, debido a la concentración de los negocios en manos de pocas empresas. Lo que tratamos de proponer con la Big Society es que se radicalice el derecho a elegir, pero no sólo para los individuos, sino sobre todo para las agrupaciones sociales. No se trata sólo de que cada ciudadano pueda elegir el hospital al que quiere ir, sino que pueda elegir junto con otros crear un hospital”.
“Hablar de subsidiariedad significa poner las relaciones en primer lugar, en vanguardia. Lo que queremos es dar al ciudadano una importancia que no ha tenido hasta ahora. Queremos que la gente no se conciba sólo como beneficiaria de unos servicios, sino que asuma su responsabilidad, teniendo en cuenta el principio de reciprocidad, es decir, que sean co-responsables con el Estado, sin recurrir a él para todo”, explicó Blond. “Lo primero es ver cómo escapamos de una mentalidad estatalista e individualista, y preguntarnos qué somos realmente. La realidad es que no somos individuos aislados, sino en relación, y eliminar esa relación –como sucede tanto en un caso como en el otro– sería una abstracción, con resultados absolutamente letales”. La alternativa es “partir de las relaciones, y eso creo que puede cambiarlo todo, porque nos permite considerar al individuo sin reducirlo. Ése es el origen radical de nuestro proyecto de Big Society”.
“Nos interesa el reto que ambos nos han planteado: no tendría sentido hablar de reducción del Estado o de mayor protagonismo de la sociedad civil, si ésta no está dispuesta a asumirlo. Por ello, tan importante como el análisis que han realizado nuestros invitados, es abordar la cuestión antropológica y existencial que subyace a las cuestiones planteadas. Es decir, ¿qué hace que una persona esté dispuesta a arriesgar, a tener iniciativa y a contribuir a la construcción de la sociedad en la que vive”, concluyó Gerez. “Y ello supone identificar y sostener a los que hacen sociedad civil en la práctica. Es preciso encontrar dónde se generan sujetos de estas características”.
El Encuentromadrid, desde que inició su andadura en 2003, quiere dar espacio a estas obras, algunas muy sencillas, otras más relevantes, pero que todas contribuyen a la recuperación del tejido social, porque, en primer lugar, recuperan el protagonismo de las personas concretas.