Argelia. Un caso “extraño” respecto a la libertad religiosa

Revista Oasis
Henri Teissier, arzobispo emérito de Argel

En ninguna sociedad árabe se ha conocido una evolución tan grande en el ámbito de la libertad religiosa como en Argelia. Se sabe en efecto que en Argelia, a partir de los años 90, algunas comunidades evangélicas, formadas por conversos procedentes del islam, se han desarrollado hasta el punto de haber asumido una consistencia numérica particularmente sorprendente para cuantos conocen las sociedades árabes. Es difícil ofrecer cifras precisas. Los mismos evangélicos afirman a menudo que son al menos unos cuarenta mil cristianos procedentes del islam. Esta evolución es conocida por el público argelino. Efectivamente, desde cuando se inició este fenómeno religioso, se han publicado cientos de artículos en la prensa argelina tanto de lengua francesa como árabe.
La misma prensa ha obligado en distintas ocasiones a las autoridades argelinas, y en particular al Ministerio argelino de Asuntos Religiosos, a tomar públicamente posición sobre este tema. He aquí por qué, en el año 2006, en el boletín oficial argelino, ha sido publicado un decreto que, tras haber reafirmado que la Constitución argelina garantiza la libertad de conciencia, se declaraba contrario a las acciones de proselitismo. Desde aquel momento, las acciones de proselitismo han comenzado a ser castigadas con penas severas: detenciones y multas. Al año siguiente, el 2007, las condiciones del ejercicio del culto han sido precisadas con un decreto de actuación.
Estos procedimientos han empujado a los responsables de las distintas iglesias cristianas de Argelia a empezar un debate con el Ministerio de Asuntos Religiosos. Y en este contexto los responsables evangélicos han tenido que entrar en relación con las autoridades del Ministerio. Creo que ha sido la primera vez que en un país árabe cristianos procedentes del islam han tenido la posibilidad de discutir con las autoridades públicas la existencia y la organización de sus propias comunidades de cristianos convertidos.
Como tanto en la prensa como en la opinión pública continuaba el debate, el Ministerio argelino además ha organizado, en febrero de 2010, un congreso de dos días sobre la cuestión de la libertad religiosa. Todos los responsables de las iglesias cristianas presentes en Argelia, incluyendo los responsables argelinos de los evangélicos procedentes del islam, han sido invitados a esta cita, a la cual se había invitado también a los universitarios musulmanes y a algunos funcionarios del Ministerio.
En síntesis, las posiciones expresadas en este congreso pueden ser resumidas de la siguiente manera. La Constitución argelina reconoce el islam como religión de Estado, pero garantiza la libertad de culto de conciencia. Las trayectorias religiosas personales de los ciudadanos pertenecen sólo a ellos mismos. Pero el Estado debe proteger al islam y como consecuencia no puede aceptar iniciativas deliberadas de proselitismo que buscasen convertir a los musulmanes.
La situación que se está desarrollando en Argelia es por tanto particularmente nueva en el ámbito de los países árabe-islámicos. Para las autoridades argelinas, en efecto, no se trata simplemente de debates de principios sobre la libertad religiosa. Ha llegado el momento de gestionar sus relaciones con comunidades enteras de conversos argelinos procedentes del islam.