Manifiesto con la cruz y la media luna, donde se lee: <br>“Los egipcios, una sola mano”.

Revolución egipcia: cristianos y musulmanes unidos

Asia News
Samir Khalil Samir

Muchos se preguntan si la revolución egipcia y la caída del gobierno de Muhammad Hosni Mubarak, que era un presidente políticamente moderado, no pone a Egipto en el peligro de caer en manos de los Hermanos Musulmanes o algún otro grupo islámico extremista.
No hay duda de que Mubarak era contrario a los Hermanos Musulmanes y que aspiraba a un Estado laico y a una sociedad laica moderna (dawlah madaniyyah hadîthah, en lugar de dawlah ‘almâniyyah, como afirmó él mismo en su discurso en al-Azhar el 5 de septiembre de 2010 y luego en el Parlamento el 19 de diciembre).
Desde entonces, sin embargo, el movimiento de los Hermanos Musulmanes ha cambiado ligeramente. Tras haber renunciado a la violencia, su objetivo ya no pasa por fundar un califato islámico ni por la aplicación de la sharía en todos sus aspectos. Su objetivo es mantener a grandes líneas la práctica musulmana pero no se sabe hasta qué punto. Por otro lado, junto a este movimiento hay otros igualmente fuertes que quieren una sociedad más neutral y más libre, también en lo que a tradiciones religiosas se refiere. Así lo refleja una encuesta realizada en El Cairo y Alejandría durante los días 5 a 8 de febrero.
Sabemos que el patriarca Shenuda III durante la primera semana no era favorableal movimiento popular y defendía ardientemente al presidente Mubarak. El motivo era que no se sabía en qué iba a acabar aquel movimiento. Sin embargo, el pueblo copto salió a la calle desde el primer día. La “revolución” ha sido popular. Coptos y musulmanes juntos de la mano, sin discriminación, tal vez como respuesta al salvaje atentado en la iglesia de los Santos en Alejandría la noche de fin de año.
En vez de hacer un discurso, me parece más útil –por una vez- mostrar las fotos de la Plaza de la Liberación. Diez fotos que muestran a musulmanes y cristianos de la mano, cada uno con sus símbolos religiosos. A los egipcios este hecho nos recuerda a la Revolución de 1919 contra el Reino Unido, que ocupaba Egipto y Sudán, justo después del armisticio del 11 de noviembre de 1919 en Europa, tras la primera guerra mundial.