“Y todo por un número equivocado...”

Jean François (Moscú)

Desde que estallaron las protestas en Egipto no dejo de recordar en cada instante a los amigos que conocí durante el Meeting de El Cairo y la experiencia de verdad y belleza que tuve a finales de octubre. Las intervenciones que Wael Farouq y Hosam Mikawi han publicado estos días me han convencido de hasta qué punto la experiencia del Meeting de El Cairo resultó decisiva también para ellos, por el modo en que ahora se ponen delante de la realidad.
Hoy he intentado hablar con los voluntarios que me acompañaron: Amr Adel, primo del juez Mikawi; y Emily, una estudiante estadounidense de la American University, donde Wael da clase. Al llamar a Amr Adel me he equivocado de número y me ha respondido una señora que no tenía nada que ver con el Meeting de El Cairo y que no conocía a ningún Amr Adel... Pero, al oír la voz en francés, me di cuenta de que ya me había gastado el dinero de la llamada, así que decidí preguntarle cómo estaba. Estaba bastante tensa, me ha hablado de las manifestaciones y ha terminado así la conversación: “Rezad por nosotros”.
Me ha impresionado la petición de esta señora, una petición bastante insólita en un país secularizado, dirigida además a uno que se había equivocado de número... Así que ha decidido volver a llamarla para entender por qué me pedía eso. Me ha explicado que es cristiana copta, de modo que somos hermanos, y ha añadido: “En la situación en que nos encontramos, vuestra oración es la mayor ayuda que nos podéis dar”. Al colgar, estaba conmovido, pensando en el peligro al que se enfrentaba mi interlocutora. Una persona de la que probablemente no volveré a saber nada...
Finalmente he encontrado el número correcto de Amr y he podido hablar con él. Me ha contado el compromiso que ha adquirido con algunos amigos: muchos voluntarios del Meeting de El Cairo que viven en la misma zona han organizado turnos de vigilancia nocturna para evitar que los delincuentes destrocen los barrios. “Por ahora, todo ha ido bien”, dice. Me ha contado también que ayer tuvieron un encuentro para retomar el sentido de su lucha por la libertad. Me ha asegurado que todos nuestros amigos están bien.
Luego he hablado con Emily, que este fin de semana se iba de Egipto. Su programa de estudios se ha visto recortado, la obligan a salir del país, aunque ella no quiere, prefería quedarse con sus amigos. Me ha dicho que se sentía bastante protegida y que sabía qué lugares debía evitar. Igual que Amr Adel, está viviendo este momento con gran protagonismo, segura de que está formando parte de la Historia. Y espera que dentro de dos semanas pueda volver a El Cairo.