Los egipcios están demostrando una gran solidaridad

Terra Santa
Edward Pentin

Mientras cientos de miles de egipcios protagonizan manifestaciones masivas en las calles de El Cairo y Alejandría, tratando de conseguir que el presidente Hosni Mubarak deje el poder, hablamos con el cardenal Antonios Naguib, patriarca copto católico de Alejandría sobre los desórdenes de estos días en todo el país. Naguib muestra en esta entrevista su alegría por la unidad y solidaridad que están demostrando los egipcios, y aborda otras cuestiones, como la salida de escena del jefe del Estado y la posibilidad de una mayor presencia de la facción islamista de los Hermanos Musulmanes.

Eminencia, ¿qué opina de la situación política actual en Egipto y cómo cree que se va a desarrollar?
Todos compartimos la misma situación. Sobre todo hace falta rezar para pedir a Dios que se encuentre una vía de salida pacífica. Por eso hemos pedido a nuestras comunidades que organicen momentos de oración. Con todo el país en la calle, jóvenes y ancianos, debemos comprometernos a proteger a las personas y sus propiedades. Lo que estamos viendo es un fenómeno precioso, capaz de crear sólidos vínculos de solidaridad. Respecto a lo que sucederá con las protestas, estamos a la espera, con el deseo de que todo termine pacíficamente. El nuevo Gobierno ha prometido hacer todo lo posible por mejorar la situación y dar una respuesta a lo que piden los jóvenes.

Por tanto, ¿la insurrección ha dado lugar a una unidad mayor entre musulmanes y cristianos?
Es algo maravilloso, verdaderamente maravilloso.

¿Cree que se celebrarán pronto unas elecciones libres e imparciales?
De momento no se habla de eso. Nuestra primera preocupación es la estabilidad. El resto vendrá después. Ciertamente, los jóvenes que han salido a la calle tienen prisa por encontrar soluciones, pero no se puede encontrar una solución seria y adecuada si antes no se estudia y se discute. Hace falta tiempo, tal vez no mucho, pero es necesario. Por eso, hoy por hoy, todo lo que esperamos es poder volver a la tranquilidad, a la estabilidad, a la normalidad. Y que se ponga fin a los actos de vandalismo y a los ataques.

¿Cree que la discriminación contra los cristianos en Egipto puede reducirse cuando el país vuelva a la calma?
Por el momento no se han registrado acciones contra los cristianos, ninguna iglesia ha sido incendiada y no tenemos noticias de atentados. El elemento religioso no ha liderado estas protestas. Se trata de un movimiento meramente político y esperamos que la unidad y la solidaridad que estamos viviendo nos ayuden a cambiar la mentalidad, favoreciendo un mayor reconocimiento recíproco y colaboración.

Hay quien teme un posible incremento de la influencia de los Hermanos Musulmanes. ¿Comparte esta preocupación? ¿Cree que podrían ocupar pronto el poder?
No le puedo decir. En las últimas elecciones no consiguieron ningún escaño, pero puede ser que unas nuevas elecciones les garanticen representación. Si la mayoría de la población piensa sabia y objetivamente en el interés del país, sabrá detener cualquier movimiento contrario al bien del pueblo o a la unidad y cohesión entre todos los miembros de la sociedad. Depende. Estoy seguro de que hay una madurez suficiente y de que los últimos acontecimientos han animado a muchas personas a abrir los ojos y ver quién no quiere realmente el bien de la nación sino que prefiere provocar devastación y destrucción. Por el momento, nadie sabe quién es el responsable de los actos violentos que se han producido. Debemos esperar a que el nuevo Gobierno y su ministro del Interior pongan en marcha las investigaciones necesarias para llegar a saber quién está detrás, porque lo que hemos visto ha sido algo organizado que se ha planeado de forma análoga y simultánea en todo el país. Algo así no sucede por casualidad. Esperemos que la policía y los tribunales identifiquen a los responsables y que éstos sean detenidos.

¿Piensa que el presidente Mubarak se retirará?
No lo sé. De momento no ha habido ninguna declaración al respecto. Hay muchas personas que se lo están pidiendo, pero hay otras muchas que le piden que siga, al menos hasta que volvamos a la normalidad. Los periódicos han publicado la noticia de que el Senado ha aprobado una norma que establece que el presidente no puede permanecer en el cargo más de dos mandatos. Es algo completamente nuevo y significa, si lo aplicamos al presidente Mubarak, que no se podrá volver a presentar. Nadie sabe exactamente qué sucederá, es demasiado pronto. Hay que esperar todavía unos días.

En general, ¿usted es optimista?
Sí, estoy seguro de que los egipcios son lo suficientemente sabios y maduros para saber cuál es el verdadero bien para su país. Prueba de ello es el hecho de que se han organizado espontáneamente para proteger a las personas y a la propiedad privada. Tenemos un toque de queda que dura desde primera hora de la tarde hasta la mañana siguiente, y las personas están juntas, cristianos y musulmanes (al menos, la mayoría). Hablan, viven unos junto a otros y están vigilantes, dispuestos a intervenir para bloquear a cualquiera que llegue de fuera e intente destruir algo.

Estamos hablando de ciudadanos de a pie.
Sí, todos dispuestos para ayudar al ejército, ¿qué podrían hacer si no los militares solos para proteger a cada individuo y a cada casa? El ejército está en los puntos clave de la ciudad de El Cairo y en otros centros urbanos, en lugares como bancos, hospitales y otros centros importantes. La presencia del ejército es muy valiosa, pero no puede estar en todas partes. Por eso la población se organiza y vigila las calles y las casas.