Una revolución por la libertad

Luca Pezzi

Hombres que se queman a lo bonzo en señal de protesta, enfrentamientos con el ejército, decenas de muertos. El presidente se fuga y un nuevo gobierno debe encargarse de llevar al país a la celebración de unas elecciones. Los medios de todo el mundo miran hacia Túnez, un pequeño país del Magreb que vive desde hace un mes inmerso en protestas y manifestaciones populares. Todos se preguntan cómo será el rostro o la forma que tomará el “nuevo” Túnez. Hablamos con monseñor Maroun Elias Lahham, jordano, arzobispo de Túnez desde 2005 y gran conocedor de África y Oriente Medio.

Excelencia, entre las causas de estas manifestaciones se habla de hambre, desempleo, democracia y derechos humanos, corrupción... ¿cuál es el motivo?
Todos ésos son motivos reales. Todo empezó con una demanda de empleo, la tasa de paro es muy alta, pero desde el segundo día prevalece la dimensión política (libertad, democracia...). Todo ello indica el estado de ánimo de los tunecinos desde hace décadas.

Y hoy, ¿cuál es la situación?
Se está volviendo a la normalidad, pero poco a poco. Todavía hay algunos enfrentamientos con el ejército y la guardia presidencial, pero la vida vuelve a recuperar su ritmo.

Primero Argelia, luego Túnez, algunos dicen que la crisis de estos dos países del Magreb podría afectar a otros países árabes. Nos llegan noticias de manifestaciones en Jordania, su tierra de origen... ¿La situación de Túnez podría propagarse?
Sí, todo es posible, podría suceder, pero con algunas reservas. El margen de libertad en algunos países árabes es más grande que en Túnez. Es decir, no basta con una o dos manifestaciones aquí y allá. Hay varios países que viven situaciones como ésta, pero no están tan unidos como el pueblo tunecino, que ha resistido casi un mes. Jordania, por ejemplo, está dividida entre jordanos y palestinos; Egipto, entre musulmanes y coptos... en Argelia podría suceder cualquier cosa.

¿Qué quiere decir cuando habla de un mayor margen de libertad? ¿A qué países se refiere?
Los demás países árabes, salvo Libia, tienen un margen de libertad para expresarse, como Argelia, Egipto, Jordania, Marruecos...

¿Cree que las protestas pueden ser instrumentalizadas por grupos internacionales, integristas o fanáticos?
El partido islamista tunecino nos habla desde Londres, donde su jefe, Rashed Ghannouchi, vive en el exilio desde hace veinte años, pero los tunecinos han hecho la revolución para conseguir la libertad. No creo que estén dispuestos a entrar en un túnel islamista. En Túnez el peligro es menor...

¿Y en otros países?
En Egitpto o en Argelia es más probable.

¿Quién gobierna ahora el país?
Se ha proclamado un nuevo gobierno que guiará el país durante seis meses para permitir que los candidatos se preparen para la campaña electoral. Luego serán las elecciones.

¿Quiénes son los posibles candidatos?
No lo sé. Ben Ali no ha dejado a ningún candidato posible, todos están en el exilio. Estaba él y nada más.

¿Europa tiene alguna responsabilidad?
Europa tiene una parte de responsabilidad. Cerraba los ojos a la falta de derechos humanos en Túnez porque Ben Ali luchaba contra los islamistas y contra la emigración clandestina. ¡La política funciona así!

¿Cómo vive la Iglesia en este momento?
Somos una pequeña realidad que a veces se percibe como extranjera. La Iglesia vive y sufre con el pueblo tunecino. Estamos aquí para servirlo y no podemos servirlo si no lo amamos. Algunos cristianos están implicados en obras sociales y sanitarias. Vosotros nos podéis acompañar con la oración.