Un encuentro cultural diferente

Il Sussidiario
Lorenzo Albacete

Hace algunos años acompañé a Peter Beinart, entonces editor de The New Republic, al Meeting de Rimini para la Amistad entre los Pueblos, un encuentro inspirado en el carisma de Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación. The New Republic era, y sigue siendo, el diario del liberalismo inteligente en Estados Unidos. Como su editor, Peter representaba, en cierto modo, la voz del pensamiento progresista en América.
De regreso a Estados Unidos, le pedí que escribiera sobre la impresión que le había causado el Meeting. Él aceptó y escribió un artículo que se publicó en Traces en el que afirmaba que un acontecimiento como aquél no era posible en Estados Unidos debido a los enfrentamientos culturales que continuamente tienen lugar en este país.
El Meeting le impactó porque unía tres dimensiones que en América se consideran incompatibles. En primer lugar, afirmaba, el Meeting era una expresión clara y desvergonzada de la fe, concretamente de la fe católica romana. En su opinión, tales manifestaciones de fe en Estados Unidos están asociadas a revivals evangélicos y carismáticos, o a movimientos políticos como la Coalición Cristiana, la Moral Majority y otras agrupaciones creadas para recuperar la identidad cristiana del país.
En segundo lugar, el Meeting de Rimini mostraba una fe que no deja a nadie fuera. Al contrario, a nivel intelectual y académico, el Meeting le recordaba a una reunión de expertos apasionados por el análisis literario, la deconstrucción y la hermenéutica. En este contexto, la fe católica se mostraba sin miedo a la modernidad ni a la post-modernidad. Pero en Estados Unidos, debido a la versión protestante del cristianismo, una armonía así resulta imposible.
Por último, Beinart se refería a la atmósfera del Meeting, que le recordaba a las actividades festivas y familiares de parques temáticos como Disneyworld. Peter terminaba diciendo que si conseguíamos hacer algo parecido en Estados Unidos, haríamos una gran contribución a la cultura americana.

Aquel “si” condicional de Peter se ha hecho realidad. Se llama New York Encounter y se ha celebrado este fin de semana.
El New York Encounter, de hecho, es distinto de cualquier otro acto cultural en Estados Unidos, tanto en su forma como en su contenido, trasciende por completo las divisiones culturales que amenazan a nuestra sociedad. Va más allá de la búsqueda de un “terreno común” que mantiene y alimenta un relativismo que nos paraliza. El objetivo de sus debates, exposiciones, conciertos y espectáculos es construir nuevas relaciones de amistad, aprender y celebrar la belleza de la vida. Todos los actos están abiertos al público y son gratuitos, con la excepción de las obras de teatro.
El acto inaugural del viernes corrió a cargo del rector de la Catholic University of America y llevaba el título “Educación y libertad en la América contemporánea”. A continuación, concierto de jazz con la banda de una escuela católica de Brooklyn. El sábado participó la hija del Dr. Jerome Lejeune, el genetista francés defensor del derecho a la vida. La crisis económica fue objeto de debate el sábado por la tarde, y por la noche se representó La anunciación a María, de Paul Claudel.
El domingo por la tarde se presentó El sentido religioso, de Giussani, con Julián Carrón y el cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston. Después de este encuentro, hubo una mesa redonda sobre ciencia y fe, con un Premio Nobel de Física, un profesor de Biología en la Brown University, y un servidor. Por último, un encuentro sobre Giacomo Leopardi.

No es exactamente Rimini, pero es un inicio de respuesta al desafío de Beirnat. Esperamos que sirva para encender una vela de esperanza en una América que intenta dar sentido al trágico tiroteo de Arizona.

New York Encounter Cultural Festival
http://www.newyorkencounter.org/