"La juticia, sólo la justicia"

Yolanda Menéndez

Joseph H. H. Weiler, catedrático y director del Centro Jean Monnet de Estudios Europeos e Internacionales de la New York University, ha sido investido como doctor honoris causa por la Universidad CEU San Pablo en Madrid. Durante su discurso de ingreso, afirmó sentirse “en casa”. “Pertenezco a un pueblo pequeño cuya Edad de Oro tuvo lugar en esta Península, aunque también hay sombras en nuestra relación histórica con España. (…) Este nombramiento simboliza para mí la restauración, el triunfo de la mejor tradición judeo-cristiana”.
Durante el acto, se destacó especialmente la labor de Weiler en defensa de la libertad religiosa tras la polémica suscitada en el Tribunal de Estrasburgo sobre la presencia del crucifijo en las escuelas, así como su gran conocimiento sobre la identidad, historia y tradición jurídica de Europa. Pero para su discurso, “en vez del Tratado de Lisboa o la Constitución Europea, tomaré como punto de partida la Sagrada Escritura”.
El nuevo doctor honoris causa citó los versos del Deuteronomio: “Tu deber es buscar la justicia, sólo la justicia, para que tengas vida y poseas la tierra que el Señor, tu Dios, te da”. “La consecución de la justicia resulta vital en el pacto del Todopoderoso y su pueblo, de hecho Abraham en el Génesis se atreve a plantear un respetuoso desafío al Señor, reclamándole justicia en su amenaza contra Sodoma y Gomorra”, afirmó Weiler, que hizo un amplio recorrido por diversos pensadores españoles que han estudiado e interpretado de diversas formas esta insistencia del Libro del Deuteronomio en “la justicia, sólo la justicia”.
Al finalizar su discurso, reconoció que “de todas ellas, mi interpretación preferida es la que afirma que cuando se persigue la justicia se debe hacer con justos medios. El fin lícito no justifica los medios ilícitos, y viceversa”. “Confío en que estos preceptos de mis antepasados en estas tierras sean una buena base para mi ingreso hoy aquí”.
Para terminar, Wiler regaló a la Universidad que lo acogía una Biblia hebrea, de la que recitó en su lengua original el Salmo 15: “¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en el monte de tu santidad? El que anda en integridad, y obra justicia, y habla verdad en su corazón”.