«Una tragedia que nos puede ayudar a entender quiénes somos»

WIECZYNSKI
Fabrizio Rossi

¿Qué significado tiene el accidente de Smolensk? ¿Hay alguna esperanza? Mientras Polonia da el último adiós a las víctimas, el director de la película Popieluszko explica por qué ésta “puede ser una ocasión para unir a dos pueblos lejanos”
“Incluso en la tragedia hay una esperanza: que lo que ha sucedido ha despertado al país, que empieza a ver lo que verdaderamente somos”. Para el cineasta Rafal Wieczynski, que en la película Popieluszko cuenta la historia del sacerdote polaco asesinado por el régimen en 1984, en el caso del accidente aéreo en el que el pasado 10 de abril perdieron la vida 97 personas, entre ellas el presidente Lech Kaczynski y otros altos cargos del país, la muerte no tiene la última palabra. “Puede ser una ocasión para profundizar en nuestra historia y para conocer mejor los valores por los que luchaban los que iban en aquel avión”.

Para muchos, como el fundador de Solidarnosc, Lech Walesa, esta tragedia es un “segundo Katyn”. ¿Qué le parece?
Así es. Como hace 70 años en los bosques de Katyn, donde los soviéticos asesonaron a 22.000 oficiales polacos, de una vez perdimos a nuestra elite. Cuando supe del accidente por un amigo, estaba esperando un vuelo hacia Kiev. De pronto pensé que habíamos perdido a una clase política, pero sobre todo a una parte importante de nuestra memoria nacional.

Usted conocía personalmente a varias de las víctimas.
El presidente Lech Kaczynski subvencionó mi película. Y Tomasz Mertam, viceministro de Cultura, trabajó mucho para darla a conocer. Junto a ellos estaba también Janusz Kurtyka, presidente del Instituto para la Memoria Nacional, que me permitió acceder a los archivos secretos cuando estaba trabajando en el guión de Popieluszko. Otras eran personas muy queridas para mí, como Anna Walentynowicz, una de las trabajadoras cuyo despido en 1980 provocó las huelgas de Danzica... Hemos perdido a hombres y mujeres que lucharon por nuestros derechos.

Todo lo que ha sucedido ¿qué ha provocado en su país?
Es un fenómeno increíble lo que está sucediendo: los polacos han superado las opiniones diversas que tuvieran sobre los políticos muertos el sábado y han salido a las calles de Varsovia con cantos y velas. Como si hubiera algo que está por encima de los partidos y las facciones: lo que estamos viendo es un pueblo unido en el dolor. Y esto genera esperanza. Nos hemos despertado, nos hemos descubierto conmovidos por esta tragedia y nos hemos acercado unos a otros.

Entre los hechos inesperados está también la gran solidaridad manifestada por los rusos. El presidente Medvedev ha anunciado un día de luto nacional, multitud de gente ha rendido homenaje a las víctimas frente a la embajada polaca en Moscú.
No sólo. El 7 de abril los primeros ministros de Rusia y Polonia, Vladimir Putin y Donald Tusk celebraron juntos en Katyn el 70 aniversario de la masacre realizada por Stalin. Aunque no se hayan hecho públicos todavía los documentos del archivo, es un paso importante. Se abre el camino hacia unas mejores relaciones con Rusia. La gente empieza a saber lo que sucedió realmente durante el régimen, y esto puede unir a nuestros pueblos. Porque, como han repetido Juan Pablo II y Benedicto XVI, y como testimonió el padre Jerzy Popieluszko con su martirio, sólo a partir de la verdad se puede perdonar el mal. Una meta que ahora está un poco más cerca.