Huellas N.8, Septiembre 2010

El gozo de la conversión

En julio nos habíamos despedido con las palabras de Benedicto XVI que, ante las pruebas que sufre la Iglesia en este tiempo, nos llamaba a la “conversión”, a la necesidad de dirigir siempre la mirada a Cristo. Volvemos en septiembre cargados de hechos, a veces pequeños, a veces imponentes. Encuentros, diálogos, episodios que han marcado nuestro verano abriéndonos a una intensidad de vida inesperada.
El Meeting de Rimini, durante una semana densa de testimonios y de acontecimientos, se ha centrado en el corazón humano que tiene sed de infinito.
La Asamblea Internacional de Responsables de CL (pronto disponible en formato digital en revistahuellas.org) ha reunido en La Thuile a quinientas personas venidas desde los cinco continentes. Bajo la guía de Julián Carrón hemos retomado el trabajo que, desde los Ejercicios de la Fraternidad en la pasada primavera, se ha centrado en la pregunta de Nicodemo: «¿Acaso puede un hombre nacer de nuevo siendo viejo?».

Quien ha leído el Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Juventud en 2011 (que encontráis en las pp. 44-45), desde sus primeras palabras ha percibido una fuerte consonancia con el lema de la semana riminesa: «El hombre en verdad está creado para lo que es grande, para el infinito». Al leerlo detenidamente, se entiende que este mensaje completa el círculo de un recorrido ideal. Lo dice claramente el Papa con motivo del lema de la Jornada, “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”: «La fe cristiana no es sólo creer en la verdad, sino sobre todo una relación personal con Jesucristo. El encuentro con el Hijo de Dios proporciona un dinamismo nuevo a toda la existencia». Y también: «Es Cristo mismo quien toma la iniciativa de arraigar, edificar y hacer firmes a los creyentes».

La iniciativa de Cristo está también en el origen de una historia que culminó hace veinticinco años con la adhesión de muchos de los miembros de la Asociación Nueva Tierra a Comunión y Liberación. El milagro de la unidad, que caracteriza siempre el misterio de la Iglesia, sella de manera especial el recorrido de CL en España. Y en otras partes del mundo. Adjunto a este número, recibís el cuaderno que recoge el encuentro de don Giussani con Nueva Tierra en Ávila, en el verano de 1985. Fue una «conversión a un acontecimiento presente». Que es como se define nuestra responsabilidad hoy. Así la describía Julián Carrón en La Thuile: «La verdad no es algo abstracto, es un Amor que se ha inclinado hacia nuestra nada (...), es Alguien que se conmueve por nuestra nada. (…) ¡Qué movimiento personal, qué iniciativa tenemos que tomar! Su conmoción por nosotros genera en mí este movimiento personal y debe encontrar en cada uno de nosotros una disponibilidad. Esta es nuestra responsabilidad: convertirnos al Acontecimiento presente, a este Amor que se ha inclinado hacia mí».