Huellas n.5, mayo 2018

Un camino que recorrer juntos

Queridos amigos, tenéis en vuestras manos el nuevo Huellas. Es un cambio importante, como podéis ver. En el número anterior explicamos detenidamente los motivos, contando por qué nos parecía adecuado en este momento pasar de la revista a la que estábamos acostumbrados, de estilo news magazine, a una revista que, sin cambiar de naturaleza, procure ir aún más a fondo en los temas tratados, que ofrezca elementos que ayuden a explorar el tema principal elegido cada mes como portada, con artículos amplios, datos, sugerencias de lecturas. Y realizar juntos ciertas “rutas” por los temas que abordamos en la segunda parte, con entrevistas, encuentros y reportajes. Todo ello mientras el ritmo de la vida cotidiana del movimiento en el mundo se relata en la web (clonline.org) y en las redes sociales.

Se trata de un nuevo camino que empezamos junto a vosotros, conscientes de que se trata de un intento. Empezamos. Y lo hacemos con un tema especialmente urgente: los jóvenes. A ellos, el papa Francisco dedicará incluso un Sínodo. En octubre llamará a la Iglesia universal a debatir sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, o sea, la elección de la propia forma de vida en un mundo que se vuelve cada vez más complejo, confuso, difícil de descifrar. Y lo hará, en primer lugar, interpelándolos, dejándoles a ellos la palabra, «poniéndose a la escucha» de sus preguntas y expectativas.

Los primeros pasos del nuevo Huellas quieren ofrecer una contribución para este trabajo. Aceptando lo que para la Iglesia –como escribe Julián Carrón, guía de CL, en la premisa de un libro recientemente publicado en Italia (La voce única dell’ideale) encuentra todavía espacio en el corazón de los jóvenes». Es un reto decisivo, porque el futuro de la Iglesia, y no solo, depende de esto. Y es una aventura que no atañe solo a nuestros hijos o alumnos, sino también y sobre todo a nosotros, los adultos. ¿Estamos dispuestos a recorrer con ellos este camino? ¿Y qué podemos ofrecerles? Los jóvenes «no se conforman con palabras», observa Carrón: «Necesitan algo que esté a la altura del deseo de su corazón».

Desde siempre, Huellas es un intento de encontrar, mirar y contar ese “algo”. Hace unos años, cuando se producía otro cambio, decíamos que en el fondo la naturaleza de nuestra revista es sencilla. «Es un amigo que te dice: ¡mira! Mira las obras grandes que Cristo está realizando delante de nosotros», para hacerse compañero nuestro de camino. Pues bien, queremos seguir siéndolo todavía más, en un formato más esencial, cuyo hilo rojo –no podría ser de otro modo– no son pensamientos abstractos o discursos sino la vida misma. Testigos y hechos que podamos mirar y comprender en su profundidad, para ir hasta su origen. Buena lectura y buen camino juntos.