Huellas n.1 Enero 2022
Como aquellos dosEn Crear huellas en la historia del mundo, don Giussani dice que una visión nueva del mundo es fruto de un encuentro excepcional. Todo depende de que haya una presencia humana decisiva, de la que «no podemos separar la mirada».
Fuera de esto, solo quedan esquemas vacíos. Y ataja entre las múltiples reflexiones que se pueden hacer: la cultura nueva da comienzo «en algo que nos ha sucedido».
Como les pasó a los primeros que se toparon con Jesús, Juan y Andrés, que aprendieron a conocer de otro modo y a cambiar, ellos mismos y la realidad, siguiendo a ese hombre.
La clave de bóveda del método de Dios es y será siempre lo que les pasó a aquellos dos, cuando les dirigieron la pregunta más sencilla y acuciante: «¿Qué buscáis?».
Sin la compañía de una mirada con esta pasión por nuestra necesidad más radical, no hay posibilidad de empezar y volver a empezar, en cada jornada o en el nuevo año.
Una novedad de vida que suponga una aportación al mundo es posible por el «apremio» del que habla Giussani, suscitado por la «consideración del amor que Cristo nos ha tenido». Un amor que permite vivir hasta el fondo el drama del corazón, que no se conforma con respuestas penúltimas: «¿Eres feliz en este mundo o necesitas algo más?».
Este verso de Shallow, de Lady Gaga, era el título de los Ejercicios espirituales de los universitarios de CL, de los que habla esta revista, que también cuenta historias de hombres y mujeres que viven inmersos en nuestro tiempo y que lo abrazan porque ellos han sido abrazados antes, allí donde se encuentran. Hay quien vive en Venezuela, a un ritmo despiadado pero tocado por una gracia cotidiana; un profesor de Uganda que, igual que sus niños de los slum, espera que alguien «llegue hasta mi “poblado”»; o un obispo de Kazajistán y la caritativa que nació de un encuentro; así como una universitaria que vislumbró un acento de felicidad en varios de sus compañeros y lo siguió.