Presentación de "El sentido religioso" en Garching bei München

Alemania. Cuando basta un “sí”

Una pequeña comunidad cerca de Múnich toma en serio el desafío de lo que significa “ser presencia” y presenta “El sentido religioso” en la parroquia. Pero eso no es todo

¿Cuántas personas hacen falta en una pequeña comunidad para poder hablar de “misión”? Basta con una que tenga una propuesta que despierte en sí mismo y en sus amigos el deseo de comunicar la belleza de la fe que vive. Nos encontramos en la pequeña ciudad universitaria de Garching, al norte de Múnich, donde hay dos familias italianas que desde hace unos años son una presencia estable del movimiento, además de participar en la vida parroquial, como el reparto de la Comunión, el coro y la misa dominical.

El inicio del trabajo sobre El sentido religioso coincidió con la llegada de una nueva familia y ya nada más salir de misa una parroquiana se acercó para preguntarles si eran «nuevos amigos de CL», porque la forma de estar juntos durante la celebración le resultaba muy “familiar”. Basta con ir juntos a misa para ser misión.

Ese fue un episodio más que encendió en nosotros el deseo de contar de manera aún más explícita quiénes somos. Al volver de la diaconía de responsables de Europa, Carlo contó al resto la invitación que les había hecho Davide Prosperi a acrecentar nuestra fe «poniéndose y poniéndola a prueba, en primer lugar comunicándola», y nos propuso organizar una presentación de El sentido religioso en la parroquia para hablar de nuestra amistad y contar por qué vamos juntos a misa, por qué tenemos fe y, quién sabe, quizás para encontrarnos con un deseo aún no expresado entre los que tenemos al lado.

El 14 de julio organizamos el encuentro en los locales parroquiales, invitando a fieles y amigos, a las familias que hemos conocido en la guardería de nuestros hijos, en el fútbol o en el trabajo. Invitamos a dos amigos nuestros, Stephan y Nathalie, de Múnich, para que nos contaran por qué es interesante retomar y trabajar hoy un libro publicado hace casi 40 años. Sobre todo, queríamos profundizar con ellos en la importancia que tiene la Escuela de comunidad en sus vidas, como directivo de una empresa, padre y marido; y como joven madre a dos semanas de dar a luz a su segunda hija, que abandonó la Iglesia para encontrarse después con una amistad que le hizo redescubrir la belleza de la fe.

Al presentar el encuentro, Giovanni pidió a Stephan y Nathalie que contaran la intensidad que había adquirido su vida al plantearse las preguntas fundamentales que don Giussani señala cuando habla del sentido religioso, porque «no hay nada más absurdo que la respuesta a una pregunta que no se plantea». El párroco, invitado a saludar al empezar el encuentro, después de excusarse porque seguramente no podría quedarse mucho, se nos acercó al final con dos páginas llenas de apuntes.

En la sala éramos unas veinte personas en total, pero nunca hemos tenido la preocupación por los números: la semilla plantada tendrá tiempo de florecer si Dios quiere. Una mujer se nos acercó el domingo siguiente a la salida de misa pidiéndonos la dirección de nuestra página web porque tenía curiosidad por saber más.

Entre nosotros ha crecido la gratitud porque esta ocasión nos ha permitido hacer experiencia de las palabras de Davide Prosperi en el encuentro anual con los movimientos eclesiales el pasado mes de junio. «Estamos redescubriendo que ser llamados por Dios coincide con la conciencia de ser enviados. Enviados a un país, a una ciudad, a un barrio, a un puesto de trabajo, “enviados” a nuestras relaciones con familiares, amigos, compañeros. Cada instante, vivido como respuesta a Su llamada, es el inicio de la misión».
Los amigos de Garching bei München (Alemania)